La pérdida de empleo sigue siendo devastadora en España.

Hoy es un día sombrío para la minería en España, marcado por una tragedia que ha conmovido al país. Hace no mucho, específicamente nueve días atrás, la mina Cerredo al sur de Asturias fue escenario de una explosión devastadora que resultó en la pérdida de cinco vidas y dejó a cuatro personas con heridas graves. Las primeras investigaciones indican que el gas grisú podría ser el causante de la tragedia. Sin embargo, más allá de la tragedia en sí, se destaca que este sector ha sido considerado el más peligroso en comparación con otros trabajos en el país, especialmente si se toma en cuenta el tamaño de su fuerza laboral. Es un recordatorio escalofriante de los riesgos que enfrentan los trabajadores en la minería, que constantemente lidian con condiciones adversas y peligrosas.

La cuestión principal que surge es: ¿cómo se llegó a esta situación trágica?

¿Qué sucedió realmente? El inicio del mes de abril ha sido especialmente oscuro para la minería española. En la primera mañana del mes, se produjo un accidente en la mina Cerredo en el Concejo de Degaña, donde la explosión dejó un trágico saldo de cinco fallecidos y cuatro heridos, de los cuales dos presentaban quemaduras severas y un tercero sufrió un traumatismo craneoencefálico. Afortunadamente, otros dos trabajadores lograron salir sin lesiones. Es importante mencionar que todos los fallecidos eran originarios de la provincia vecina de León, y los datos proporcionados por la delegación del gobierno en Asturias indican que tenían entre 32 y 54 años de edad.



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¿Cuál fue la causa de esta catástrofe? Belamina Díaz, consultora de la transición ecológica de Asturias, advirtió que «tomará tiempo descubrir las causas», aunque eso no impide que las hipótesis estén siendo consideradas. La principal teoría que se baraja es que la explosión, que resultó fatal para los cinco mineros y dejó a otros cuatro heridos, fue ocasionada por una bolsa de grisú, un gas formado predominantemente por metano (más del 90% de su composición), que se vuelve altamente inflamable. Su mezcla con aire puede provocar explosiones devastadoras y, como se ha evidenciado, ocasionar pérdidas irreparables.

«Estaremos a la espera de lo que ocurra», expresó Díaz, quien esta mañana realizó una inspección mientras la policía y el ministerio evaluaban la zona afectada. La delegada del gobierno, Adriana Lastra, fue aún más enfática al expresar su consternación por un nuevo incidente ligado al grisú. Dos de los trabajadores presentes en el área donde se produjo la explosión estaban operando una máquina a varios metros de profundidad dentro del tercer nivel de la mina cuando ocurrió el trágico evento.

¿Es esta situación nueva en la minería española? Si se confirma que la causa del accidente está vinculada al grisú, la respuesta es negativa. En octubre de 2013, una fuga de este mismo gas a casi 700 metros de profundidad resultó en la muerte de seis mineros en el Pozo Emilio del Valle, situado en Pola de Gordón, León. En aquel caso, la bolsa de grisú liberada no provocó una explosión, pero el escape fue lo suficientemente repentino y violento como para que los trabajadores no tuvieran tiempo de colocarse máscaras de seguridad.

El grisú también fue el responsable de uno de los peores accidentes mineros en Asturias, ocurrido en Nicolasa en Lit en agosto de 1995, donde una explosión provocada por el gas resultó en la pérdida de 14 vidas. La tragedia en cuestión se remonta a un incidente aún más dramático que ocurrió en un mina del norte de Turquía en octubre de 2022, que dejó un saldo de más de 40 muertes y un número significativo de heridos. En otros eventos trágicos, las víctimas han estado relacionadas con deslizamientos de tierra en túneles, situación que ha tenido lugar en Degaña hace una década.

Actividad

Total de accidentes

Tasa de incidencia (mortalidad)

Industria de materias primas

6

27.67

Transporte y almacenamiento

138

12.60

Suministro de energía

4

10.01

Agricultura, ganadería, silvicultura y pesca

69

9.73

Construcción

135

9.61

¿Son frecuentes los accidentes en este sector? Algunos incidentes como el de Cerredo nos recuerdan la cruda realidad de la minería en España, que se encuentra marcada por una alta tasa de accidentes laborales. Esto no solo se cuantifica en números absolutos, sino que se manifiesta con más gravedad cuando se evalúa la tasa de mortalidad relativa, que establece una correlación entre la cantidad de accidentes con víctimas fatales y el número de empleados en cada sector. De acuerdo a las estadísticas, el sector de la minería presenta los peores resultados, superando notablemente a otros ámbitos como el transporte o el almacenamiento.

¿Qué significan estos datos? Los datos preliminares sobre accidentes laborales en 2024, proporcionados por el Ministerio de Trabajo, ilustran claramente esta situación. En el último año, el sector de las materias primas reportó un total de 1,220 accidentes laborales, de los cuales lamentablemente seis resultaron mortales. Aunque estos números son bajos en comparación con los 41,132 accidentes y 138 muertes en el sector del transporte y almacenamiento, la perspectiva cambia drásticamente cuando se evalúa el «índice de incidencia», el cual tiene en cuenta el número total de trabajadores.

En 2021, había menos de 30,000 empleados en la industria extractiva, mientras que el sector del transporte contaba con más de 700,000 empleados. Considerando estos factores, la minería ostenta la tasa de mortalidad más alta con una incidencia de 27.67 por cada 100,000 empleados, en comparación con el sector de transporte con una incidencia de 12.6. A nivel general, solo la minería presenta índices de accidentes más altos, sin embargo, el índice de mortalidad es mucho menor en otros sectores, registrando en 2024 un 9.61.

¿Se ha mantenido esta tendencia? Históricamente, la minería ha tenido una alta frecuencia de accidentes fatales, con variaciones en los datos anuales dependiendo del número de eventos. En general, el número de trabajadores en el sector es considerablemente menor en comparación con otros, como el transporte, la construcción o el almacenamiento, lo cual influye en la repercusión de las tragedias como la de esta mañana en Asturias.

El país ha examinado una serie de informes desde el año 2006 y la conclusión es inequívoca: aunque la tasa de mortalidad en minería se ha cerrado en 2024 (27.7), es más alta que la de otros sectores en el pasado. En 2023, esta cifra fue de 45.4 y en 2013 alcanzó los 52.19 muertes por cada 100,000 empleados, lo cual puede atribuirse a la tragedia del pozo Emilio del Valle que cobró la vida de seis mineros.

¿Cuáles son las causas que subyacen a esta problemática? Se planteó una pregunta similar hace unos años a un grupo de investigadores de la Universidad Oberta de Catalunya (UOC), analizando el descenso en la actividad minera y la implementación de medidas de prevención de accidentes. Uno de los hallazgos fue la falta de formación continua en el sector y el envejecimiento de la fuerza laboral. Los cinco individuos muertos en la reciente explosión en Degaña eran hombres con edades comprendidas entre 32 y 54 años.

Belamina Díaz aclaró que la empresa a la que pertenecían las víctimas tenía un «permiso de investigación complementario» que podría estar relacionado con el uso de ciertos minerales, posiblemente para la producción de grafito, lo que añade otra capa de complejidad a la trágica situación.

Fotos | 112 Asturia (x) y B3TAREV3 (Flickr)

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