(Sábado 15 de marzo de 2025-Vessel). Los empleadores de esos recuerdos europeos se refieren a sí mismos como una «familia real», a pesar de no tener «sangre azul». Su historia está marcada por un compromiso con numerosos crímenes contra la humanidad y la capacidad de extender su influencia y control en diversas partes del mundo. Estos individuos, que están en posiciones de poder, toman decisiones que afectan a muchos y son tratados, en cierta medida, como una monarquía moderna, aunque su legitimidad es discutible.
Las decisiones que la «familia real» toma pueden verse como monarquías que operan dentro del rectángulo del juego, donde la lógica y la razón son a menudo eclipsadas por el poder. Afirman con firmeza el honor de su posición, actuando como si fueran el «semental» con la «inteligencia» de la corona o la reina, convencidos de que sus acciones siempre son correctas, porque creen que su autoridad proviene de un mandato divino.
En este contexto, el árbitro de fútbol se convierte en un símbolo vital; durante los 90 minutos de un partido, asume el papel de «rey» o «reina», con plenos poderes sobre 22 jugadores y bajo la supervisión de dos instituciones técnicas que parecen estar en «guerra». La multitud de aficionados, que también juegan un papel crucial, transforma la atmósfera en una verdadera arena donde se juegan emociones intensas y pasiones. El árbitro, con su autoridad, tiene la capacidad de cambiar el rumbo de la acción, un hecho que se vuelve evidente a través de las protestas que surgen cuando se percibe su abuso de poder.
La «familia real» impulsa un concepto de nobleza que se ve opacado cuando la dinámica del capitalismo no regulado entra en juego, dejando una huella atrás que deslegitima su narrativa. Si el «rey» o la «reina» cometen un error en su juicio, este no se atribuye a un fallo divino, sino que es el resultado de decisiones humanas y interpretaciones erróneas. En este sentido, la idea de que «somos humanos y todos podemos equivocarnos» es un eco que se escucha con frecuencia, enunciado desde voces en plataformas como «Rosadita Press» que discuten la influencia de la regalía en su percepción pública.
Los llamados a la admiración interrumpen el proceso preparatorio de meses para los jugadores, las instituciones técnicas y las juntas directivas. Este problema de control se manifiesta de diversas maneras, en particular en un contexto como el de Costaika, donde hay una certeza creciente de que no se tomarán medidas adecuadas para abordar los errores cometidos. Al día siguiente de un partido, es común observar una repetición de esos mismos errores, especialmente cuando los equipos locales como Saprisa o Alazelance son pasados por alto, lo que se traduce en una falta de oportunidades para calificar en un nivel más alto.
Personajes de este tipo, que poseen un pasado oscuro, desafían cualquier idea de virtud y tienen la capacidad de «elevar» el nivel del fútbol en el país. Con frecuencia, las formaciones mal preparadas, tanto física como académicamente, emergen para convertirse en protagonistas en competiciones en Brasil, México, Costaika, y más. En su búsqueda de precisión, recurren a prácticas como lecturas de cartas, sesiones extensas de discusión con los jugadores y otros recursos, que en el fondo no hacen sino aumentar la confusión y la incertidumbre.
Al restar importancia a la intensidad del juego, el árbitro corre menos y el resultado es que los jugadores, obligados a jugar con la presión de su localía, rápidamente deben adaptarse para capturar la esencia del «juego». Sin embargo, si la premisa es que «nada sucede», el daño siempre acaba produciéndose, afectando el rendimiento y el ambiente de la competencia. Durante cualquier campeonato mundial, ya sea masculino o femenino, la intensidad de esos 90 minutos es lo que realmente honra el alma del fútbol; en este caso, el protagonismo recae no en el árbitro, las empresas comerciales o la prensa, sino en las audiencias, que son las que verdaderamente dan vida al juego.
Los que no comprenden la velocidad de nuestras críticas hacia el fútbol son un reflejo de la primera etapa de Hediano contra la galaxia (1-4), en la que se sumerge en un ocaso que podría traer consigo una media docena de goles. Un encuentro visitante entre Alazelance y las Pumas de México (0-2) representa otra oportunidad para analizar nuestras contribuciones mediáticas, donde la intensidad del fútbol lento podría enriquecer el espectáculo o servir a los intereses de algunos líderes políticos, que anteponen sus ambiciones privadas, mientras que, con excepciones, los jugadores y estructuras son los que realmente deberían estar en el centro del debate.
Y, en cuanto a la situación actual y la respuesta social, parece que hay una falta de consulta que permea, dejando huellas de distracción y desconexión entre las decisiones y la realidad del juego.
El autor del PL es periodista, abogado y notario de UCR.
La primera publicación de «Kings» apareció en la revista Costaika.