Terry Pratchett fue diagnosticado con Alzheimer en 2007. En sus libros de los años 90 se han hallado indicios de la enfermedad.

En el año 2007, Terry Pratchett, reconocido escritor de fantasía, se dirigió a su asistente Rob Wilkins y mencionó con humor que la letra ‘s’ había desaparecido de su teclado. Esta observación fue recibida con una risa, y para mucha gente podría parecerse simplemente a una broma inocente. «¿Qué diablos hiciste con ella?» preguntó Wilkins, intentando entender la situación.

Sin embargo, la realidad era más seria de lo que aparentaba. La ‘s’ seguía presente en su teclado, pero estaba desapareciendo de su vida cotidiana, específicamente de su mente.

Después de varios meses de lucha, Pratchett fue diagnosticado con atrofia cortical posterior, un trastorno neurodegenerativo cuyo impacto está estrechamente relacionado con el Alzheimer. Esta condición afecta las habilidades de procesamiento del lenguaje, la lectura, el habla y la escritura, lo que representa un desafío tremendo para un autor prolífico como Pratchett. Su vida llegó a su fin en una pequeña localidad al oeste de Salisbury en 2015, dejando tras de sí un legado literario impresionante.

¿Cuándo comienza exactamente la demencia? Esta pregunta fue la base de investigación de Thom Wilcockson y su equipo en la Universidad de Loughborough. El caso de Pratchett fue de particular interés, ya que la atrofia cortical posterior afecta directamente al uso del lenguaje, lo que es especialmente relevante para alguien que había dedicado gran parte de su vida a escribir. El equipo de Wilcockson dedicó tiempo a examinar un total de 33 libros del mundo de Discworld, de los cuales 29 fueron publicados antes de 2007 y cuatro más después de esa fecha, para investigar la posibilidad de identificar los primeros signos de la enfermedad.

Y sus hallazgos son fascinantes. Los investigadores notaron una disminución notable en el uso de sustantivos, verbos y adjetivos en los textos de Pratchett a medida que avanzaba en su carrera. Además, también notaron que el número de frases había aumentado, lo cual, según su análisis, sugiere una tendencia hacia un uso del lenguaje más sencillo.

Lo realmente curioso es que el punto de inflexión en la calidad de su escritura no ocurrió en 2007, sino en 1998, un año clave en el que Pratchett publicó «La tierra del fin del mundo.» Este trabajo representa el inicio de los cambios evidentes en su escritura, lo que indica que la afectación de su salud mental pudo haber comenzado mucho antes de lo que se pensaba, mostrando un largo periodo preclínico de demencia con defectos sutiles no siempre evidentes en pruebas cognitivas tradicionales. Wilcockson lo explicó.

No es la primera vez que se utiliza este tipo de análisis lingüístico. Investigaciones similares se han llevado a cabo con figuras como Iris Murdoch, quien también falleció a causa del Alzheimer, y Agatha Christie, de quien se sospecha que pudo haber padecido la enfermedad. Sin embargo, este tipo de estudios no siempre es bien recibido por todos. Hay quienes argumentan que, aunque se puedan observar ciertas tendencias en el lenguaje, deben considerarse otros factores contextuales que pueden influir en la producción literaria de un autor. En New Scientist, Rob Wilkins comentó que Terry había tenido una vida profesional muy intensa en sus últimos años, lo que hizo que la revisión de sus novelas no fuera tan exhaustiva como en el pasado.

A pesar de la controversia, el examen realizado es sumamente interesante. Especialmente en la actualidad, donde la tecnología y la escritura han evolucionado a un ritmo vertiginoso. Algoritmos sofisticados podrían analizar nuestros textos electrónicos, mensajes en aplicaciones de mensajería y publicaciones en redes sociales, identificando signos tempranos de problemas cognitivos mucho antes de que se vuelvan evidentes de manera obvia.

Imagen | Chica solaris | David Skinner

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