La buena noticia es que hay un anticiclón sobre España. Sin embargo, la estabilidad no durará mucho.

Para aquellos que habían pronosticado que las intensas lluvias que se experimentaron en marzo eran Una especie de maldición de Vogone, parece que sus intuiciones se han convertido en certezas. De hecho, no estoy seguro de que sea del todo acertado referirme al fenómeno como «Cataratas de la regeneración de marzo», ya que, a pesar de la aparente abundancia de lluvia, esta no ha hecho acto de presencia con la fuerza que se esperaba. Aparentemente, tengo un aire optimista.

¡Pero hay buenas noticias en el horizonte! Así es,, hoy en día contamos con un enorme respaldo de una cama trasera anti-ciclónica proveniente de zonas subtropicales. Este fenómeno no solo se caracteriza por ser cálido y estable, sino que también se extiende a lo largo de la península y continúa su trayecto hacia el norte, alcanzando prácticamente las proximidades de Islandia.

Es algo que sin duda notaremos. Como ya indicó Aemet en su pronóstico semanal, se anticipa que experimentemos temperaturas «más cálidas de lo habitual, especialmente en la península noroeste».

No obstante, este respaldo no es el común de todos. Como ha explicado Ángel Rivero, esta configuración trasera tiene una forma de «dedo» característico, que aunque es bastante amplia, es sumamente estrecha. Esto resulta en que la península se exponga tanto a DANA como a Borascas frías, procedentes de ambos flancos: este y oeste.

El inconveniente radica en que este tipo de estructuras meteorológicas, aunque raras, se han vuelto más comunes desde 2020. Estas estructuras se caracterizan por tener un polarjet extremadamente sinuoso con bolsas de aire que actúan de manera continua. Como bien sabemos, estas bolsas de aire tienden a comportarse de forma muy impredecible, lo que las convierte en difíciles de rastrear.

Y el primer ejemplo de esto se presentará el miércoles. Según el modelo europeo, se dibujan dos tormentas frías en el espacio marítimo entre las islas Canarias y las Azores (Olivier lo ha mencionado) y otra en el Golfo Löwen. Como destaca Sergio Escaama en Meteored, ambas tormentas se dirigen hacia la península, lo que generará lluvias en las regiones noreste y suroeste.

Si los modelos meteorológicos son precisos, estas tormentas podrían fusionarse en una única situación bastante compleja sobre el Golfo de Cádiz. A pesar de que no podemos determinar la intensidad y trayectoria exactas de estos fenómenos, es esencial que estemos atentos y monitoreemos su evolución de cerca.

A partir de mediados de esta semana, se esperan lluvias en muchas zonas del país, lo que puede traer cierta variabilidad en las condiciones atmosféricas.

¿Y qué sucederá durante la Semana Santa? A medida que vivimos el ambiente meteorológico de forma tangible, es evidente que el contexto es bastante complicado. Estamos inmersos en un escenario de grandes contrastes térmicos y precipitaciones significativas. Por tanto, prever cómo se desarrollará el clima es un reto considerable.

Lo que podemos confirmar es que el escenario de persistencia es el que prevalece, y si el clima se mantiene seco en los días clave de la próxima semana, sería algo excepcional y no un resultado predictible.

Como se ha explicado previamente, en estos próximos días será crucial estar alerta al comportamiento del anticiclón de las Azores. La restauración del círculo zonal dependerá de si el anticiclón permitirá que las tormentas se desplacen hacia el continente o no.

Imagen | WxCharts

En | Alguien dejó la llave del agua abierta: la lluvia ha vuelto y los modelos predicen que se permanecerá hasta después de la Semana Santa.