
Microsoft ha mantenido una presencia en China que se extiende por más de 30 años. A pesar de que la contribución de este país a sus ingresos globales es solo una pequeña fracción, la compañía originaria de Redmond tomó la decisión estratégica de establecerse allí, ofreciendo productos emblemáticos como Windows y Office, y creando una red de centros de investigación orientados a colaborar con el ecosistema tecnológico local. Sin embargo, ante un panorama marcado por crecientes tensiones geopolíticas, esta estrategia ha comenzado a desacelerarse: Microsoft ha empezado a cerrar y desmantelar instalaciones, un movimiento que parece ser parte de una reestructuración más extensa en la región.
Una empresa conjunta: Microsoft en China opta por el cierre. Según un informe del South China Morning Post, la compañía Wicresoft, una de las primeras empresas conjuntas establecidas por Microsoft en el país, ha decidido cesar sus operaciones. A pesar de que la situación para la tecnología estadounidense en China se ha complicado a lo largo de los años, esta noticia tomó a muchos por sorpresa. Según reportes de medios de Hong Kong, los empleados recibieron notificaciones el lunes informándoles que su trabajo con la firma de software dirigida por Satya Nadella “llegaría a su fin”, afectando a aproximadamente 2,000 trabajadores, según Caijing, un medio de comunicación chino.
Notificación repentina. Wicresoft, con sede en Seattle y un equipo de más de 10,000 empleados globalmente, se especializa en asesoramiento, soluciones tecnológicas y soporte operativo para grandes marcas internacionales. En China, su alcance se extendía a 20 ciudades, incluyendo Shanghai, Beijing, Shenzhen y Hong Kong, donde gestionaban una variedad de proyectos para Microsoft. La noticia sobre su cierre fue inesperada: muchos de los empleados recibieron su carta de despido el lunes a través del correo y se les indicó que debían salir de sus puestos el martes sin espacio para reaccionar adecuadamente.
Un interrogante respecto al futuro del soporte. El cese de operaciones de Wicresoft plantea dudas sobre el futuro del soporte postventa que Microsoft ofrece en China, un mercado donde el acceso a los servicios técnicos es crítico para empresas y usuarios. La empresa era responsable del soporte técnico de productos esenciales como Windows 10, Windows 11 y Office, por lo que su servicio estaba adaptado a las particularidades del entorno local. De acuerdo con Reuters, los planes de Microsoft son centralizar y reducir su infraestructura en el país, aunque aún no se ha determinado quién asumirá este tipo de suministros ni los plazos futuros de estas decisiones.
Impulso a alternativas locales. La retirada progresiva de Microsoft en China abre un espacio que otras empresas locales han comenzado a aprovechar. Un claro beneficiario de esta situación es Kingsoft Office, responsable de WPS, una suite de oficina que es compatible con los formatos de Microsoft y que ha experimentado un crecimiento significativo, superando los 100 millones de usuarios diarios en el país. Su familiaridad con el mercado local y su similitud funcional con la suite de Microsoft han convertido a WPS en una opción cada vez más adoptada por organizaciones públicas, bancos y operadores de telecomunicaciones.
Desde 2022, las empresas estatales chinas han sido obligadas a presentar informes trimestrales sobre su progreso en el reemplazo de software extranjero por alternativas locales. El Wall Street Journal destaca que esta política, impulsada por Beijing en medio de la guerra tecnológica y comercial con Estados Unidos, ha favorecido a empresas como Kingsoft, que ahora cuentan con el respaldo implícito del aparato estatal, resultando en menos licencias para Microsoft y un aumento en el uso de WPS en sectores estratégicos donde la presencia de Microsoft estaba consolidada.
El cierre de Wicresoft no es un caso aislado. En los últimos dos años, Microsoft ha disminuido notablemente su presencia en el vasto mercado chino. En 2023, la empresa decidió cerrar todos sus negocios físicos en China, lo que resultó en el despido de cientos de empleados del sector de inteligencia artificial, además de implementar recortes en su plantilla general. Asimismo, la compañía ha endurecido sus protocolos de seguridad interna en un esfuerzo por adaptarse a las nuevas realidades del mercado. Por ejemplo, ha requerido que su personal en China use únicamente iPhones para acceder a plataformas corporativas, como consecuencia de las restricciones vigentes por la falta de servicios de Google en esa región.
Otro claro ejemplo de este enfoque sería el cierre del laboratorio de Shanghai. Este se destacaba en 2019 como el mayor de su tipo fuera de los Estados Unidos, diseñado con el objetivo de promover el desarrollo de tecnologías estratégicas en colaboración con empresas líderes locales. Sin embargo, cerró a principio de 2024 luego de haber respaldado más de 250 proyectos y haber capacitado a miles de profesionales. Este cierre es un claro indicativo de una tendencia que, si bien no es totalmente inesperada, revela un cambio significativo en la estrategia de Microsoft en uno de los países donde ha estado más activa y donde ha realizado inversiones significativas.
Un retirada en el contexto de la guerra comercial. La salida gradual de Microsoft no ocurre en un marco aislado, sino que coincide con un repunte en las tensiones entre Washington y Beijing, que han reavivado la guerra comercial. Donald Trump ha amenazado con imponer aranceles adicionales del 50% si China no revoca sus acciones de represalia, tras las oleadas iniciales de impuestos concebidas por la administración estadounidense durante su último mandato. En este entorno, numerosas empresas estadounidenses han visto como sus acciones se desploman en la bolsa, lo que ha repercutido negativamente en diversos sectores de la economía global.
Fotos | VD Fotografía | / Ricardo | Silvestre Rui
En | La producción del iPhone 16 Pro de 256 GB en China hoy cuesta $ 550. Con tarifas cuesta 850 dólares estadounidenses.