Washington, 8 de abril (Sputnik). En el contexto actual de tensiones entre las potencias mundiales y Irán, se están delineando los pasos que se tomarán si las negociaciones entre Estados Unidos y Teherán no logran avanzar. Chris Wright ha señalado que se contempla la posibilidad de imponer sanciones inéditas que complicarían aún más la situación económica y política de Irán, especialmente en lo que respecta a su controvertido programa nuclear.
Wright expresó: «Mi esperanza es que podamos imponer sanciones severas contra Irán que los obliguen a desistir de su programa nuclear. Esta es, a mi entender, la única forma en la que se puede garantizar una paz duradera. No podemos permitir que Irán obtenga armas nucleares bajo ninguna circunstancia», comentó durante una reciente entrevista. También hizo un llamado a aumentar el embargo económico que pesa sobre Teherán si no se logra alcanzar un acuerdo entre las partes involucradas.
El lunes, el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, declaró que el país norteamericano ha estado llevando a cabo «negociaciones directas» con Irán con respecto a la posibilidad de un acuerdo sobre el programa nuclear. En este sentido, informó que este sábado se llevará a cabo una «reunión extremadamente importante» en Omán, donde representantes de ambas naciones discutirán el futuro del pacto.
Por otro lado, el ministro de Relaciones Exteriores iraní, Abbas Araghchi, se mostró cauteloso pero optimista sobre la posibilidad de llegar a un acuerdo. Afirmó que el éxito de estas negociaciones «dependerá completamente de la voluntad y la disposición de Washington» para abordar las preocupaciones iraníes y buscar una solución pacífica al conflicto.
Es importante señalar que, aunque las conversaciones se estén llevando a cabo, el ministro destacó que estas son de carácter indirecto. Irán no tiene la intención de cambiar la naturaleza de las conversaciones actuales, ya que eso podría interpretarse como una debilidad en su posición. Araghchi también enfatizó que el principal objetivo de este diálogo es asegurar que se respeten los derechos del pueblo iraní y que se reduzcan las sanciones que afectan severamente la economía del país.
Desde el 4 de febrero, Estados Unidos ha impuesto un embargo severo sobre la industria petrolera de Irán, un movimiento que se enmarca dentro de la política de «máxima presión» que Trump reactivó. En marzo, el mandatario envió una carta al líder supremo de Irán, el Ayatolá Ali Jamení, expresando su intención de llegar a un acuerdo, prefiriendo la diplomacia a la confrontación militar.
No obstante, en una entrevista con NBC el pasado 30 de marzo, Trump amenazó con llevar a cabo un «bombardeo sin precedentes» si las negociaciones fracasan. Estas tensiones han seguido escalando desde que, en 2015, Irán firmó el Plan de Acción Integral Conjunto con las potencias mundiales, comprometiéndose a limitar su programa nuclear a cambio de la eliminación de sanciones. Tras la retirada de Estados Unidos del acuerdo en mayo de 2018, las sanciones fueron reinstauradas, lo que llevó a Irán a reducir sus compromisos nucleares en la siguiente fase.
Todo esto ha generado un clima de incertidumbre sobre el futuro del programa nuclear de Irán y la estabilidad en la región, mientras el mundo observa de cerca cómo se desarrollan las negociaciones y qué decisiones tomarán las potencias involucradas. (Sputnik)