En París, el 11 de abril de 2025, más de 1.500 trabajadores pertenecientes a las aerolíneas, así como a las empresas Dassault y Arianegroup, han decidido llevar a cabo una huelga significativa cerca de Burdeos, Francia. Esta acción se realiza como respuesta a la preocupación por los bajos salarios y las condiciones laborales desfavorables que enfrentan los empleados en el sector aeroespacial. Los trabajadores, claramente frustrados, han hecho sentir su voz en el panorama laboral mediante esta protesta.
Desde el inicio de la huelga, los empleados de Thales han implementado lo que ellos mismos han denominado una «huelga diaria permanente». Este tipo de protesta ha tenido un impacto tangible en la producción, provocando la paralización de hasta el 80% de las operaciones en una de las principales plantas de producción, en la que se fabrica un componente crucial como el radar RBE2, que es esencial para los cazas Dassault Rafale.
Además, en Toulouse, cerca de allí, se han sumado a esta huelga más de 500 trabajadores de Thales Alenia, quienes comparten las mismas inquietudes sobre sus salarios y las condiciones laborales. Los motivos de la protesta se enmarcan no solo en el rechazo a la falta de aumento salarial, sino también en la inminente propuesta de la dirección de reducir el personal, lo que añade una carga adicional sobre los que se quedan trabajando, quienes ya enfrentan niveles significativos de sobrecarga de trabajo.
En este contexto, un portavoz de la Alianza CFDT en Thales ha emitido declaraciones que reflejan el sentir de muchos trabajadores: «Cuando las empresas tienen órdenes durante 10 años, deberían compartir los beneficios que obtienen.» Este comentario pone de relieve el descontento que existe entre los empleados, especialmente cuando se consideran los aumentos salariales insignificantes que se han dado en los últimos años. Según el portavoz, el año pasado, los salarios fueron ajustados en un 4%, pero este año, a pesar de los resultados económicos notablemente positivos de la empresa, solo se está ofreciendo un aumento del 2%.
La situación sigue siendo tensa mientras los trabajadores continúan su lucha por condiciones laborales más justas y equitativas. La huelga no solo simboliza la insatisfacción de los empleados con sus salarios actuales, sino que también representa una demanda más amplia de dignidad en el trabajo dentro de una industria que ha visto beneficios desproporcionados a costa de sus trabajadores.