Aprendizaje del sur global sobre la transformación del sistema agrícola

Caldera eliud. Cgiar

NAIROBI, 13 de abril (IPS) – El estado actual de la seguridad alimentaria y nutricional en el sur global pone de manifiesto tanto un avance significativo como la necesidad de invertir aún más en incrementar la producción agrícola y mejorar nutrición, en un contexto de rápido crecimiento poblacional. El evento, conocido como la Semana Científica de los Centros Internacionales de Investigación Agrícola, se llevó a cabo en Montenegro, capital de Kenia, comenzando el lunes 7, y se enfocó en la implementación de estrategias innovadoras y transformadoras que buscan reforzar la resistencia agrícola tanto en África como en América Latina y el Caribe.

Las últimas estadísticas de las Naciones Unidas (ONU) son alarmantes, ya que indican que una de cada cinco personas en África se enfrenta al hambre. Para abordar y revertir esta situación crítica, la Unión Africana (UA) ha implementado una nueva estrategia de desarrollo agrícola, que prevé un aumento del 45% en la producción agrícola y la transformación de los sistemas de agricultura en toda su extensión, todo ello enmarcado en un ambicioso plan para alcanzar la seguridad alimentaria en un horizonte de diez años.

Recientemente, a principios de este año, la UA aprobó el Programa General de Desarrollo Agrícola para África (CAADP) que se implementará a lo largo de una década, junto con la Declaración de CAADP sobre la creación de sistemas agrícolas resilientes y sostenibles desde 2026 hasta 2035. «Estamos en el proceso de alinear nuestra agenda agrícola en Kenia con la estrategia de la UA», comentó Kireger, director general, quien añadió que, como una organización nacional de investigación agrícola, es fundamental aumentar la capacidad de adaptación frente a los desafíos planteados por el cambio climático.

Kireger destacó la importancia del desarrollo enfocado en la sequía, haciendo referencia a los efectos devastadores del cambio climático. «Los fenómenos meteorológicos extremos están alterando los patrones de cultivo y produciendo nuevos retos en el campo de la agricultura», explicó. En este contexto, Kireger subrayó que gran parte del trabajo previo se ha vuelto inadecuado a raíz del impacto del cambio climático, afectando tanto a las áreas que anteriormente eran fértiles como a aquellas que ahora sucumben a las inundaciones.

Tecnología en manos de los agricultores

Aparte de los retos climáticos, los agricultores también enfrentan obstáculos significativos para acceder a tecnología innovadora. A pesar de que existen desarrollos tecnológicos, estas herramientas siguen en manos de científicos y organizaciones, dejando a los agricultores, quienes son los que más las necesitan, en una situación desfavorable. Kireger planteó la crucial pregunta de cómo estas tecnologías pueden ser utilizadas por los agricultores para mejorar su productividad. «Estamos trabajando para digitalizar nuestras tecnologías y ponerlas a disposición a través de plataformas móviles, facilitando así la extensión agrícola electrónica que actualmente es la conexión más débil entre la investigación y los productores», añadió.

Complejidades climáticas y agrícolas en América Latina

La semana científica también reunió a expertos y tomadores de decisiones de todo el mundo, quienes compartieron las experiencias de América Latina y el Caribe en agricultura, que ha sido marcada por complejas realidades. Este continente se enfrenta a un panorama tan de abundancia como de escasez, ya que casi el 74% de sus países se ven gravemente afectados por fenómenos meteorológicos extremos, lo que tiene un impacto negativo en la seguridad alimentaria. Es preocupante que, en esta región, uno de cada diez niños menores de cinco años sufre de retraso en el crecimiento, a pesar de que América Latina es un gran exportador neto de alimentos.

Dentro de este contexto, Brasil, como uno de los gigantes agrícolas de la región, contribuye con casi la mitad de todas las exportaciones alimentarias de América Latina. En las discusiones, se subrayaron no solo los desafíos que enfrenta la región en términos de desigualdad y falta de organización, sino también la posibilidad de soluciones innovadoras que pueden ser implementadas.

Bancos genéticos y nuevos mercados

Durante el evento, expertos regionales debatieron sobre la cooperación actual y el potencial para expandir soluciones en torno a los bancos de semillas y la investigación agrícola. Se habló del banco de papas más grande del mundo, que atiende a más de 100 países, y que se encuentra en el Centro Internacional de Papea (CIP). «Este centro es el origen de las papas y su trabajo es vital para conservar los recursos genéticos del mundo», dijo Simon Heck, gerente general en el CIP.

Las colecciones de papa y camote en este centro son las más grandes del mundo y contienen casi todas las variedades silvestres relacionadas con estas plantas. Estas operaciones, que incluyen un banco in vitro certificado, aseguran recursos genéticos que apoyan el suministro alimentario global, beneficiando a agricultores, fitomejoradores e investigadores.

La preservación de estos recursos se hace aún más relevante en la luz del cambio climático y las nuevas amenazas a la producción agrícola. La capacidad de cultivar variedades capaces de resistir enfermedades o adaptarse a condiciones climáticas adversas es crucial para garantizar la seguridad alimentaria a futuro.

La pregunta que enfrenta la comunidad agrícola es cómo movilizar este vasto conocimiento y recursos para resolver problemas específicos en América Latina y el Caribe, así como en otras áreas. Como se discutió, la experiencia en Vietnam para desarrollar variedades de papa que se adapten a climas tropicales es un ejemplo de esta colaboración internacional.

Heck enfatizó que actualmente, más de la mitad de la producción global de papa se lleva a cabo en Asia, donde las papas están siendo introducidas en climas subtropicales y tropicales. «La clave es responder a la pregunta sobre qué variedades pueden ser exitosas en estas condiciones», señaló.

Al respecto, mencionó la importancia de Perú no solo como un banco vital de germoplasma, sino también como un centro de biodiversidad donde se encuentran muchas de las variedades originales de papa. “Hemos formado asociaciones con investigadores en Vietnam y Perú, con el objetivo de desarrollar tipos nuevos de papas tropicales que se adaptan al mercado y que han demostrado ya su éxito en Asia», concluyó.

La Semana Científica este año busca contribuir a la próxima reunión del G20, que se celebrará en Sudáfrica. Este evento es una oportunidad para que los resultados de esta conferencia alimenten las discusiones globales sobre la transformación de los sistemas alimentarios. Refleja un compromiso con la resiliencia ante el cambio climático, la mejora de la productividad agrícola y el abordaje de las causas de la inseguridad alimentaria a nivel global.

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