«Todo excepto China» genera incertidumbre en un mundo en blanco

Okrug Central de Pekín, la capital de China. (Xinhua / Li Xin)

BEIJING, APR (Xinhua) – Recientemente, algunos medios de comunicación occidentales han alimentado la narrativa de «Todos excepto China» (ABC, acrónimo en inglés), lo que sugiere que existe una necesidad de distanciarse de la segunda economía más grande del mundo. Sin embargo, este tipo de afirmación simplista corre el riesgo de pasar por alto realidades fundamentales que afectan a todos en el ámbito global.

Ante un escenario lleno de estándares comerciales perturbados y un aumento del riesgo global, muchas empresas multinacionales se enfrentan a niveles inéditos de inseguridad respecto a sus operaciones e inversiones. No obstante, los temores mal fundamentados sobre las conexiones comerciales con China podrían, de manera irónica, provocar un aumento en los mismos riesgos que se intentan evitar.

A lo contrario de lo que algunos podrían pensar, la inversión en China se ha convertido en una prioridad estratégica para aquellas empresas que buscan aprovechar las fluctuaciones económicas actuales y preparar el terreno para un futuro próspero.

Por qué el enfoque «ABC» no es eficaz

El intento de trasladar grandes volúmenes de las cadenas de suministro fuera de China, frecuentemente impulsado por tensiones comerciales y temores ocasionados por una desaceleración económica, implica riesgos adicionales. Esto puede llevar a un aumento de costos, desafíos logísticos y nuevas vulnerabilidades, especialmente dado el alto nivel de sofisticación y eficiencia que caracteriza al ecosistema de producción chino.

La economía de China está profundamente entrelazada con las cadenas industriales y de suministro a nivel global, abarcando una multiplicidad de sectores, desde productos de consumo diario hasta equipamiento industrial y tecnologías avanzadas.

Durante 2024, China mantuvo su estatus como el mayor comerciante del mundo por octavo año consecutivo, logrando una cifra de exportaciones de servicios que superó por primera vez el billón de dólares.

A pesar de los desafíos en el contexto de un mercado global competitivo, su amplio mercado compuesto por más de 400 millones de consumidores con ingresos medios, junto con un sistema industrial robusto y bien integrado, proporcionan un bastión seguro para que las multinacionales incrementen la eficiencia de sus operaciones y reduzcan los riesgos de mercado.

Según Miguel López, CEO del conglomerado industrial alemán Thyssenkrupp AG, China no solo representa uno de los mercados más grandes, sino que también cuenta con la cadena de suministro más completa del mundo, además de un sistema logístico altamente eficaz.

China siempre ha sido un mercado prioritario para multinacionales ambiciosas que buscan crecer. A pesar de las dificultades en la economía global, muchos ejecutivos extranjeros estuvieron activos en sus negociaciones y relaciones en China esta primavera. Desde el Foro de Desarrollo Chino hasta el Foro Boao para Asia y el Foro Zhongguancun, la presencia de altos directivos de diversas regiones del mundo subraya la relevancia contínua del mercado chino en sus estrategias empresariales.

Como testamenta su firme confianza en el mercado chino, la multinacional farmacéutica británica AstraZeneca anunció en marzo su intención de construir su sexto centro global de investigación y desarrollo en Beijing. Asimismo, 13 multinacionales, incluyendo a Costco, han decidido establecer su sede regional en la provincia de Shanghai Pudong.

Para consumidores en todo el mundo, una reducción en las conexiones con China podría acarrear costos elevados, dado que la fortaleza industrial de ese país ha enriquecido notablemente la oferta del mercado global, proporcionando opciones más diversas, de mayor calidad y a precios más accesibles.

Expertos han argumentado que la mentalidad que promueve el «ABC» es más una cuestión de propaganda política que una decisión económica racional, ya que conseguir alternativas sostenibles a China sigue siendo un concierto complejo y difícil.

«El enfoque `ABC` no reconoce que las cadenas de suministro globalizadas ofrecen oportunidades más que riesgos», señala Fengjie, investigador de la Academia Macroeconómica, en una entrevista con Xinhua.

Seguridad y oportunidades en un oasis

Para las multinacionales, una sólida base económica en China y una política de apertura constante brindan la seguridad necesaria en un mundo lleno de volatilidad, lo que indica que la estrategia «ABC» es ineficaz.

Analistas advierten que el crecimiento económico global enfrenta vientos en contra provenientes de diversas direcciones, y China, que ha sido durante años un motor clave de expansión mundial, sigue contribuyendo con aproximadamente el 30% al crecimiento global.

A pesar de las crecientes inseguridades globales, la economía china demuestra tener fundamentos robustos y ha mostrado una notable estabilidad, afirma Michael Bi, encargado de la gestión de mercados en China, en declaraciones a Xinhua.

«El mercado interno, el mejoramiento del entorno empresarial y la apertura en políticas están creando un entorno de inversión sólido y estable a largo plazo para empresas globales», añade.

China está promoviendo la apertura a largo plazo mediante coordinaciones institucionales en diversas áreas, incluyendo normas y regulaciones, mientras establece políticas consistentes en inversión extranjera en medio del creciente proteccionismo comercial en el mundo.

Un informe reciente destaca que China garantizará un trato equitativo para los fondos extranjeros, tocando aspectos como acceso, requisitos de licencia y contratación pública.

Lejos de la noción defendida por el «ABC», cada vez más empresas extranjeras están abandonando ese enfoque. China sigue siendo uno de los destinos preferidos para las inversiones transnacionales. Aproximadamente 60,000 empresas internacionales han operado en China en 2024, lo que representa un aumento del 9.9%. La rentabilidad de las inversiones extranjeras directas en China se ha mantenido en cerca del 9% durante los últimos cinco años, una de las más altas del mundo.

«Hemos estado en China durante más de 30 años y tenemos múltiples centros de producción. Es un mercado muy grande para nosotros. China es también un mercado atractivo lleno de posibilidades, y creemos firmemente en su futuro», afirmó Christian Hartel, presidente y CEO de WACKER, una multinacional química alemana.

En medio de una nueva ola de revolución tecnológica, las multinacionales también descubren nuevas oportunidades de crecimiento en China, convirtiéndose rápidamente en líderes de innovación global.

Durante 2024, China se posicionó en el undécimo lugar en el índice de innovación global de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual, al contar con 26 de los 100 grupos científicos y tecnológicos más destacados del planeta, más que cualquier otro país.

Desde el café hasta los vehículos eléctricos, pasando por los robots industriales y soluciones de inteligencia artificial, los productos y servicios chinos ahora presentan una mayor complejidad tecnológica, lo que agiliza la inversión extranjera en sectores emergentes de alta tecnología.

El progreso de China en ámbitos como la inteligencia artificial y otras tecnologías avanzadas refleja no solo su capacidad de innovación, sino también el potencial del mercado para las empresas nacionales, al contribuir a la confianza de los inversores extranjeros en el país, comentó Michael.

Durante 2024, el uso real de la inversión extranjera en sectores como la producción de instrumentos y medidores médicos, servicios técnicos profesionales y la producción de computadoras y equipos de oficina vio incrementos importantes de 98.7%, 40.8% y 21.9%, respectivamente.

«El apoyo continuo de China a la alta tecnología, la nueva energía y la economía digital generará una nueva ronda de oportunidades de inversión que los inversores globales simplemente no pueden permitirse pasar por alto», agregó.