Pis and Walk

En la vasta y extensa lista de enigmas que la ciencia ha dilucidado a lo largo del tiempo, uno de los aspectos más intrigantes involucra a las heces de las ballenas. Durante años, hemos tenido la certeza de que estos majestuosos mamíferos marinos emergen de las profundidades en las que normalmente se alimentan, para realizar sus necesidades cerca de la superficie del océano. Este comportamiento ha llevado a los investigadores a establecer paralelismos con los procesos de fertilización en los océanos, lo que ha llevado a muchos cetólogos a imaginar cada una de estas deposiciones como una especie de festival que beneficia a las diversas formas de vida marina en las aguas superficiales. Y efectivamente, es así.

Sin embargo, lo que pocas personas se imaginaron fue el considerable rol que desempeña El pis de las ballenas.

«¿Pis?» Así es; la orina de ballena es un fenómeno que no debe ser subestimado: se estima que un solo ejemplar puede producir cerca de 1000 litros de orina cada día. A pesar de esto, el líquido amarillento, que tiñe las aguas que atraviesa, fue considerado por mucho tiempo como un simple desecho, más que como un recurso esencial. Hasta ahora, ese concepto ha cambiado radicalmente.

«Una de las grandes revelaciones de este estudio es que la orina de ballena sobrepasa a otras fuentes de nitrógeno en términos de cantidad y beneficios», explica Joe Roman, un biólogo de conservación en la Universidad de Vermont. Aunque pueda parecer sorprendente, hay muchos beneficios relacionados con este proceso.

¿Necesitas un impulso de nutrientes? ¡Invoca a la ballena barbuda! De acuerdo con el equipo liderado por Roman, las ballenas barbadas transportan significativas cantidades de nitrógeno y fósforo desde las regiones polares hacia las áreas tropicales donde se reproducen. En gran medida, dependen de las reservas de nutrientes acumuladas durante su estancia en las aguas frías del norte.

Sin la liberación de estos nutrientes esenciales, «muchas especies de plantas y animales marinos no podrían sobrevivir».

Una «bomba» de nutrientes. El equipo de investigación analizó la cantidad de nutrientes que las ballenas barbadas transportan a través del océano, no solo a través de su orina, sino también considerando sus placentas y cuerpos en descomposición. Según sus estimaciones, cada ballena barbada, cada año, puede mover 3.784 toneladas de nitrógeno y 46.512 toneladas de materia orgánica hacia regiones que carecen de nutrientes.

Y eso es una cantidad asombrosa. Increíblemente, Roman menciona que «en lugares como Hawái, las contribuciones de nitrógeno de las ballenas superan a las que aportan los vientos y las corrientes». Además, Heidi Pearson, desde la Universidad de Alaska y colaboradora de National Geographic, señala que «estos nutrientes favorecen el crecimiento del fitoplancton en la superficie del océano y enriquecen también los ecosistemas de aguas profundas».

Un mundo al que debemos prestar atención. A medida que avanzamos en nuestra comprensión, comenzamos a hacer conscientes los enormes efectos de la caza de ballenas a lo largo de la historia, una acción que ha llevado a la especie al borde de la extinción. Durante siglos, nos hemos deleitado en desmantelar mecanismos ecológicos vitales, a menudo sin ser plenamente conscientes de las consecuencias de nuestras acciones.

Ahora que tenemos esta información, es evidente que una gran parte de la economía y de las sociedades a nivel mundial han llegado a depender de estos procesos ecológicos, lo cual complica su restauración. No obstante, la noción de que nuestros océanos serían radicalmente diferentes sin la influencia de especies como la ballena barbada nos recuerda que aún queda mucho por hacer para reparar el daño causado.

Imagen | Mike Doherty

En | La caza de ballenas a lo largo de los años ha tenido un efecto inesperado: influyó en su diversidad genética.