










Roma, 21 de abril (Sputnik) – Este lunes se cumple un momento significativo, ya que el Papa Francisco llega a la edad de 88 años. La primera Iglesia Pontifical de América Latina ha dejado un legado considerable tras su paso por el Vaticano durante más de doce años, pero la sombra de su muerte plantea muchos interrogantes sobre el rumbo que tomará la Iglesia. Ahora nos encontramos ante el proceso de sucesión del Papa número 267. Esta situación nos lleva a cuestionarnos quién será el próximo líder de la Iglesia, ya que la elección se limita a candidatos menores de 80 años. La decisión sobre quién asumirá el papado se ve complicada por la posibilidad de un cambio en el enfoque pastoral: ¿continuará con el Proceso aperturístico inaugurado por Francisco, o se abrazarán enfoques más conservadores?
Los nombres de los cardenales que se perfilan como candidatos para heredar el anillo de los pescadores, un distintivo poderoso que simboliza la autoridad apostólica, representan una amplia variedad de trasfondos y visiones. Aquí se presentan algunos de los nombres más prominentes entre los aspirantes:
Peter Turkson, Ghana, 76 años
Las cartas de Peter Kodwo, conocido como Peter Turkson, son un referente importante. Su nombre fue mencionado durante el cónclave de 2013, y podría ser el primero en convertirse en el primer Papa negro en la historia. Exobispo de Cape Coast, Ghana, es el primer cardenal de este país y ha trabajado con Francisco en misiones de Paz en Sudán del Sur. Es conocido por su firme defensa de la justicia social y el desarrollo sostenible.
A pesar de sus credenciales impresionantes, su edad (76 años) puede representar un factor limitante para su elección. No obstante, representa un enfoque centrado en la doctrina social de la Iglesia, y muchos lo ven como un continuador del trabajo de su predecesor.
Luis Antonio Tagle, Filipinas, 67 años
El arzobispo de Manila, Luis Antonio Tagle, de 67 años, es otro candidato destacado. Si resulta elegido, podría convertirse en el primer Papa de origen asiático, un simbolismo poderoso en un momento donde el catolicismo experimenta un renacimiento en esa región. Tagle es conocido por su posición proactiva en asuntos sociales y su vocalidad sobre temas como el trato a las parejas divorciadas y la comunidad LGBTQ. Aunque se opone al aborto, ha mantenido posturas progresistas en otros tópicos, lo que podría atraer a un abanico más amplio de católicos.
Tagle es muy cercano a Francisco y actualmente sirve como prefecto de la evangelización, lo que refuerza su conexión con el papado actual y su enfoque pastoral, que se siente más accesible.
Pietro Parolin, Italia, 70 años
Pietro Parolin, actual secretario de Estado del Vaticano, es considerado un símbolo de moderación y ha acumulado enorme confianza por parte de Francisco durante su gestión. En la eventualidad de que sea elegido, Parolin podría ser un paso importante hacia la continuación de la agenda actual del papado.
Su elección también podría continuar el camino moderado que ha seguido la Iglesia, ya que Parolin está íntimamente ligado a la diplomacia vaticana, habiendo negociado con varios países, como China o Venezuela. Su edad se considera un factor que no representaría un obstáculo significativo.
Peter Erdö, Hungría, 72 años
Peter Erdö es un miembro prominente del bloque conservador del Colegio de Cardenales, y podría ser una opción para avanzar hacia un enfoque más tradicional de la Iglesia católica en caso de ser elegido. De ser así, se convertiría en el segundo Papa procedente del antiguo bloque soviético, tras Juan Pablo II, quien también era conocido por su fuerte carisma.
Su postura hacia temas como el matrimonio civil y cuestiones similares podría representar una ruptura importante con la línea de Francisco. Sin embargo, su experiencia y la amplia confianza que ha cultivado entre los cardenales podrían jugar a su favor.
José Tolentino, Portugal, 59 años
José Tolentino, oriundo del archipiélago de Portugal, es actualmente el cardenal de San Salvador y el prefecto de la cultura, lo que lo coloca en una posición privilegiada. Con solo 59 años, es uno de los nombres más jóvenes considerables en este contexto. Se le reconoce como un académico y un intelectual destacado en la literatura portuguesa, que también ha dado voz a ideas innovadoras dentro de la Iglesia.
Su enfoque fresco e innovador ha llamado la atención y su capacidad para generar un diálogo significativo dentro de la Iglesia podría llevar a una transformación en el papado si llegara a ser elegido.
Matteo Zuppi, Italia, 69 años
El cardenal Matteo Zuppi, arzobispo de Bolonia y presidente de la Conferencia Episcopal Italiana desde 2015, también se considera un candidato viable en esta contienda. Su trayectoria lo posiciona como un posible continuador del trabajo de reforma iniciado por Francisco.
Zuppi ha sido una figura destacada por su labor en pro de la paz, jugando un rol mediador en conflictos internacionales, incluido el reciente conflicto en Ucrania. Su enfoque simple y profundamente humano recuerda al estilo de Francisco, abordando principalmente problemas sociales y buscando un acercamiento más humano a los desafíos que enfrenta la Iglesia. Además, el hecho de que sea italiano podría convertirse en un atributo favorable, dado que Roma no ha tenido un Papa de esta nacionalidad desde 1978.
Mario Grech, Malta, 68 años
El cardenal Mario Grech, que actualmente se desempeña como Secretario General del Sínodo de los Obispos, es otro nombre en alza en esta contienda. Proveniente de Malta, ha sido un ardiente defensor de la participación activa de las comunidades en la toma de decisiones dentro de la Iglesia, poniendo un fuerte énfasis en la escucha a las voces más pequeñas dentro de la comunidad católica.
Esta apertura hacia un enfoque más inclusivo y receptivo ha sido muy bien recibida entre sectores progresistas, los cuales buscan tratar temas que han sido tradicionalmente tabú dentro de la Iglesia, como las uniones del mismo sexo y el divorcio.
Robert Sarah, República de Guinea, 79 años
Robert Sarah, un cardenal que representa uno de los pocos candidatos que podrían convertirse en el primer Papa negro, también figura en la lista de aspirantes. Originario de Guinea, ha ocupado un rol importante en la defensa de la fe católica y se ha mostrado muy crítico hacia los avances en reformas que atentan contra los valores tradicionales del catolicismo, como el fundamentalismo islámico y la ideología de género.
A pesar de su cercanía a la ala conservadora, la edad avanzada podría jugar en su contra al momento de la selección final.
Raymond Leo Burke, EE. UU., 76 años
Raymond Leo Burke es reconocido como una de las voces más conservadoras dentro de la Iglesia Católica, siendo uno de los críticos más vocales de las reformas implementadas por Francisco. Su enfoque tradicionalista, que se opone explícitamente a los cambios significativos en la moral y la sexualidad familiar, podría volverse un tema central si fuera elegido Papa.
Su ascensión al papado podría significar un cambio radical de 180 grados hacia las posiciones que se han defendido bajo la actual papado. Muchos de sus seguidores apuestan a un regreso a una posición más tradicional en materia de moral y doctrina.
Marc Ouellet, Canadá, 80 años
Marc Ouellet sería otra opción conservadora a considerar. A sus 80 años, su edad puede ser un factor en contra, pero su vasta experiencia en el ámbito eclesiástico podría jugar a su favor. Nacido en Canadá, ha sido una figura clave en la estructura del Vaticano, lo que le brinda un conocimiento profundo de la Iglesia y sus operaciones.
Como prefecto del Dicastero para los Obispos, ha desempeñado un papel trascendental en la dirección de la iglesia en tiempos recientes, lo que le proporciona una visión crítica sobre la alineación de la iglesia con los tiempos contemporáneos.
Finalmente, el cardenal Fridolin Ambongo de la República Democrática del Congo, quien tiene 65 años, también se presenta como un candidato fuerte. Su trabajo se ha centrado en la defensa de los derechos humanos y la justicia social en su país, lo cual puede resonar con muchos católicos en un continente donde el catolicismo está creciendo a un ritmo acelerado.