Estados Unidos priorizará la deportación de 700,000 inmigrantes indocumentados con antecedentes penales

Washington, 28 de abril (Sputnik). – El gobierno de los Estados Unidos ha establecido que su enfoque principal se centrará en aproximadamente 700,000 inmigrantes indocumentados que tienen antecedentes penales y que, a pesar de esto, continúan residiendo en el país. Esta información fue proporcionada por Tom Homan, quien opera bajo las políticas fronterizas de la Casa Blanca, las cuales se han vuelto más estrictas en los últimos tiempos.

Homan explicó durante una conferencia de prensa que «según los registros más recientes, hay alrededor de 700,000 inmigrantes indocumentados que han enfrentado cargos criminales y que siguen caminando por las calles norteamericanas». Este enfoque de deportación prioritaria es parte de una estrategia más amplia del gobierno que pretende abordar la inmigración ilegal de manera más efectiva y rápida.

Además, el funcionario señaló que hay cerca de 1,4 millones de inmigrantes indocumentados que están en desacato a la ley, permaneciendo en los Estados Unidos a pesar de haber recibido advertencias y amenazas para que abandonen el país. Esta es una problemática compleja que afecta a muchas comunidades y familias en diversas regiones del país.

Las fronteras So-Karat reportaron que bajo la administración de Donald Trump, que comenzó en enero, se ha deportado a aproximadamente 139,000 inmigrantes indocumentados, lo que representa un esfuerzo significativo que el gobierno consideró «exitoso» en el contexto de su agenda de inmigración.

Por otra parte, el Secretario de la Casa Blanca, Karolina Leavt, hizo un anuncio importante al informar que el presidente Donald Trump está listo para firmar un acuerdo con la oficina del fiscal, Pam Bondi. Este acuerdo tiene como objetivo facilitar que las autoridades locales puedan arrestar y deportar a los inmigrantes no autorizados, así como atender a aquellos que han estado involucrados en actividades deportivas en el país.

La administración actual continúa enfrentando el desafío de manejar el flujo de inmigrantes indocumentados, al mismo tiempo que busca mantener la seguridad y la legalidad en las fronteras. Las decisiones tomadas en este ámbito repercuten no solo en la política interna de los Estados Unidos, sino también en la relación del país con sus vecinos y el impacto social que tiene en las comunidades donde residen estas personas.

Uno de los aspectos más controvertidos de las políticas de inmigración es cómo se manejan los casos de familias y niños, quienes a menudo son los más vulnerables en estas situaciones. La presión para implementar políticas más estrictas y rápidas es evidente, lo que ha llevado a un debate intenso sobre los derechos de los inmigrantes, así como sobre las mejores estrategias para abordar la situación sin ignorar las necesidades humanitarias.