Se enfoca en las debilidades de Washington en la Guerra de la Tarifa inmediata.

Construcción de la Comisión Europea, en Bruselas, Bélgica. (Xinhua)

Bruselas, 1. Maja (Xinhua / Liao Lei) – A medida que Washington continúa aplicando medidas comerciales agresivas, imponiendo aranceles a nivel global con una moderación escasa, la Unión Europea (UE) se prepara para reforzar su respuesta, especialmente en el ámbito digital. Esta semana, la UE ha dictado una multa combinada de 700 millones de euros, lo que equivale a aproximadamente 792 millones de dólares, al gigante tecnológico estadounidense Apple, marcando un hito importante bajo la nueva legislación sobre mercados digitales que ha entrado en vigor.

Aunque los funcionarios de la UE han declarado que estas sanciones no están relacionadas con las tensiones comerciales actuales, lo que coincide con las negociaciones sobre tarifas entre la UE y los Estados Unidos, sugiere lo contrario. Esta acción tiene un peso particular considerando que los servicios, especialmente en el pujante sector digital, han sido tradicionalmente un bastión económico de los Estados Unidos. Al incursionar en el ámbito digital, la UE intenta presionar a Washington en un punto vulnerable.

Los gigantes tecnológicos estadounidenses generan alrededor del 30 por ciento de sus ganancias en Europa y dominan el mercado de la computación en la nube. Mientras tanto, la UE enfrenta un déficit comercial de 100,000 millones de euros en servicios, lo que destaca la importancia de esta acción. Ante las «tarifas recíprocas» impuestas por Washington, la UE ha elaborado rápidamente una lista de represalias que podría incluir aranceles de hasta un 25 por ciento en diversos productos estadounidenses.

Aunque la UE ha decidido retrasar la implementación inmediata de estos aranceles para permitir que las negociaciones avancen, el bloque no ha disminuido su preparación para responder. Funcionarios como la Presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, han señalado que, aunque la UE está abierta al diálogo con Washington, también están preparados para ejecutar medidas en caso de ser necesario.

Esta postura de Bruselas no ha surgido de la noche a la mañana; es el resultado de más de una década de tensas batallas comerciales con Estados Unidos. Desde la amarga disputa sobre las tarifas de acero en 2002 hasta la prolongada guerra entre Boeing y Airbus, la UE ha aprendido que la conciliación solo es efectiva cuando se aplica presión, optando así por no responder meramente a la reciprocidad y al respeto.

Para la UE, el compromiso económico es de suma importancia. En 2024, la UE exportó bienes valorados en 531.6 mil millones de dólares a los Estados Unidos, mientras que las importaciones sumaron 333.4 mil millones de euros. Sectores cruciales como la industria automovilística, maquinaria y agricultura son altamente dependientes del mercado estadounidense. Por lo tanto, un conflicto arancelario no solo podría afectar parámetros económicos críticos, sino que también podría comprometer millones de empleos europeos.

En este contexto, la UE está acelerando sus esfuerzos por diversificar sus relaciones comerciales y disminuir su dependencia de Estados Unidos. En diciembre de 2024, concluyó las conversaciones de libre comercio con el bloque comercial Mercosur en Sudamérica y, en marzo de 2025, llevó a cabo la décima ronda de negociaciones para un acuerdo de libre comercio con India. Además, el Comisionado Europeo de Seguridad Comercial y Económica, Maros Sefković, visitó China, reafirmando el compromiso de la UE de profundizar su cooperación económica con dicho país. La UE está así dirigiendo su mirada hacia el sur global con el objetivo de expandir sus horizontes comerciales.

A medida que Washington se adentra en medidas comerciales centradas en tarifas y medidas de un solo lado que vulneran los principios del sistema multilateral de comercio, la UE parece estar bien equipada con una estrategia calibrada, lista para responder con firmeza cuando sea necesario.