

«No sabes a quién advierte». Con estas palabras, la DGT ha lanzado una clara advertencia sobre los peligros asociados con el uso de teléfonos móviles para alertar sobre controles de tráfico en las carreteras. Este mensaje no es casual, y el artículo enfocará este tema en noviembre de 2024.
El artículo revela la tendencia creciente que se conoce como el «Método Galician». El año pasado, un individuo fue arrestado y procesado por el poder judicial tras alertar a 15,000 conductores a través de un grupo en WhatsApp dedicado a la protección civil. Aunque la acción provocó una gran conmoción, el problema subyacente es que actualmente no existe una legislación específica en el código de circulación que prohíba tales advertencias.
En la última década, los automovilistas han ido perfeccionando sus métodos de comunicación. La DGT menciona que algunas aplicaciones ya habían comenzado a avisar sobre radares y controles desde 2012. Un primer incremento notable ocurrió en 2014 con la llegada de aplicaciones como SocialRive y Waze. Estas aplicaciones permitieron a los usuarios recibir información en tiempo real sobre radares estáticos, que la DGT publicaba, así como sobre controles móviles y las ubicaciones de policías en carretera.
El segundo auge se produjo durante la pandemia de coronavirus, un periodo en el que los controles de tráfico aumentaron considerablemente a medida que más conductores se mostraban reacios a salir de sus hogares. Si se ignoran los controles de la protección civil, muchos tienen acceso a herramientas como Google Maps o Waze para eludir posibles sanciones. Este es un asunto grave, especialmente cuando se analizan controles relacionados con alcohol y drogas o medidas de seguridad más extensas que buscan detener actividades delictivas.
Para tratar de frenar esta tendencia, se han intentado establecer barreras de contención mediante la Ley de Seguridad de Ciudadanos. La DGT ha reconocido que el artículo 36.23 prohíbe específicamente «el uso no autorizado de datos personales o profesionales que puedan poner en peligro la seguridad personal de los agentes y fuerzas de seguridad». Sin embargo, también reconoce que esta regulación no es suficiente para afrontar el problema, lo que ha llevado a cambios propuestos en la Ley de Transporte.
Por el momento, solo hay una propuesta de declaración en la Ley que se originó en la Comisión de Seguridad de la Carretera del Congreso, impulsada por el PSOE. Se ha solicitado que el nuevo texto incluya la obligación de «sancionar a aquellos que ofrezcan información que obstaculice o impida el trabajo de control de las violaciones de tráfico».
En Francia ya se aplica
Esta redacción propuesta serviría para clarificar las dudas actuales en España. Un modelo similar se encuentra en el artículo 100 de la Regulación de circulación general de la Guardia Civil, que establece lo siguiente:
El uso del alumbrado largo o en la calle está prohibido mientras el vehículo se detenga o estacione, así como un empleo alternativo en forma de destellos de rayos o luz de carretera y luz cruzada, excepto para los fines dispuestos en estas regulaciones.
El desafío es evidente, y esta situación ha llevado a la DGT a reiterar en los últimos cinco años su intención de perseguir a aquellos que utilizan estas aplicaciones para alertar sobre los controles de tráfico.
En 2020, Pere Navarro, director de la DGT, puso de relieve la problemática respecto a las aplicaciones durante la Semana de la Movilidad en La Coruña, señalando su determinación de «prevenir, obstaculizar o limitar aplicaciones como Waze».
El modelo francés es interesante en este contexto. En Francia, por ejemplo, la famosa aplicación de transporte no permite mostrar radares móviles a sus usuarios. Esto se considera una anomalía en Europa, donde, según el Gauling Country Media, existe un decreto No. 2012-3 del 3 de enero de 2012, que reformó su código de circulación durante más de diez años, prohibiendo «el uso, transporte y propiedad de detectores de radar». Sin embargo, esta regulación parece no aplicarse a las aplicaciones móviles en España.
Recientemente, la legislación española fue modificada en 2022 para sancionar la presencia de dispositivos detectores de radar. De este modo, lo que antes era simplemente infracción para el uso se ha vuelto más estricto, con la sola posesión de tales dispositivos ahora sancionada. Las multas por detectores son de 200 euros y tres puntos de penalización, mientras que por inhibidores pueden ascender a 6,000 euros y seis puntos.
La DGT está trabajando para que las comunicaciones relacionadas con alertas en aplicaciones móviles sean igualmente reprimidas, y el primer paso sería el cambio en la Ley de Transporte, que seguiría el modelo francés.
Lo que hacen aplicaciones como Waze es provocar alertas en «zonas de peligro». Para sortear este tipo de restricciones, nunca se puede añadir esta notificación en secciones específicas de carreteras. El resultado es que, aunque el conductor esté consciente de la presencia de radares móviles o controles de tráfico en su camino, no se especifica que vayan a estar allí.
Foto | Pabellón en Instagram y Pricob Ioan
En | La DGT condena la fractura de siete radares: hay hasta medio millón de euros en juego y tres años de prisión.









