Para los periodistas de Leo XIV: únicamente una población informada puede tomar decisiones libres.

Una vez que se acomodó en su silla blanca, ubicada centralmente en el aula, improvisó un ingenioso saludo a la audiencia, citando al Papa Leo XIV: «¡Buenos días y gracias por esta maravillosa recepción! Dicen que los aplausos al principio no importa mucho… Pero si al final continúan aplaudiendo porque están despiertos y aún desean aplaudir… ¡Gracias!»

Los Pontifistas expresaron su gratitud hacia los comunicadores por su dedicación a la «Gracia de la Iglesia», haciendo hincapié en la necesidad de fomentar una «cultura de la competencia». Afirmaron que nunca debemos buscar una búsqueda que sea «distinguible».

El Papa recordó que no hay que utilizar la palabra «no» en relación con las palabras e imágenes que acompañan a estas, y añadió que es fundamental desechar el «paradigma de guerra» que a menudo permea nuestras comunicaciones.

Donato de libertad de expresión y prensa
Más adelante, reafirmó la solidaridad de la Iglesia «con aquellos reporteros que han sido encarcelados por buscar la verdad» y solicitó su inmediata liberación.

«La Iglesia reconoce a estos valientes testigos. Aquellos que informan sobre conflictos bélicos también arriesgan sus propias vidas, pues son portadores de la valentía necesaria para defender la dignidad, la justicia y la verdad; simplemente están al servicio de la información para el pueblo», enfatizó.

Recibió aplausos intensos por parte de los presentes, ya que su declaración sobre el «sufrimiento de estos periodistas encarcelados cuestiona la conciencia de la comunidad internacional y nos insta a valorar el precioso don de la libertad de expresión».

«Gracias, queridos amigos, por su dedicación a la verdad», prosiguió con gratitud.

«Nos encontramos en tiempos desafiantes para explorar y expresar la verdad. Todos nos enfrentamos a pruebas difíciles, pero no debemos retroceder», compartió Leo XIV.

No a la mediocridad y la comunicación «desarmada»

En este contexto, subrayó que los periodistas no deben sucumbir a la «mediocridad» en su labor. «La comunicación y el periodismo no existen en un vacío; están intrínsecamente ligados a su contexto histórico y temporal», afirmó.

Por lo tanto, ratificó la importancia de utilizar «lenguajes impredecibles y sin amor, que a menudo son ideológicos o imprecisos».

También abordó los recientes avances en tecnología, especialmente en inteligencia artificial, mencionando su «tremendo potencial». Sin embargo, advirtió que «este avance requiere responsabilidad y un diálogo que asegure que se utilice de forma ética y sustentable».

«No olvides jamás las palabras que te impulsan a desarmar el mundo. Una comunicación desarmada nos permitirá compartir una visión alternativa y unísona del mundo, promoviendo nuestra dignidad humana», concluyó con firmeza.

Finalmente, invitó a los periodistas a ser ágiles en su búsqueda de «informar sobre las realidades de la paz y las injusticias, así como sobre el trabajo silencioso de aquellos que luchan por un mejor futuro».

«Así que te exhorto a que elijas el camino del compromiso y el valor, en pro de la paz», culminó su emotivo discurso.

Bendice a los niños pequeños y un gesto en Perú

Al término de su alocución, el Papa Leo XIV se acercó a la multitud para interactuar con los periodistas presentes.

Al transitar hacia el Salón Central, bendijo a Lorenzo Ibáñez, el hijo del veterano fotógrafo de noticias EWT. «Él es el segundo Papa que lo bendice en menos de un año», comentaba su padre, Daniel, en declaraciones a la prensa de ACI.

La fila delantera pertenecía al Consejo de Aigav (Asociación de Periodistas del Vaticano), y algunos miembros tuvieron la oportunidad de intercambiar algunas palabras con el Papa.

Los corresponsales del periódico español ABC, entre ellos Javier Martínez-Brocal, discutieron con otros colegas sobre la visión de los periodistas como «aliados y enemigos». «Somos aliados porque todos buscamos la verdad», respondió de manera reflexiva.

Otro periodista le recordó al Papa que mañana se celebrará el día de la Virgen de Fátima y que planeaba viajar pronto al santuario. «El cardenal Povost ha presentado cambios en los planes», mencionó Leo XIV.

Múltiples periodistas incluso le propusieron jugar tenis con él, a lo que el Papa, conocido aficionado a este deporte, respondió con una sonrisa: «Juego, aunque no soy muy bueno».

Leo XIV se tomó el tiempo para firmar una pelota de béisbol y llevar al cuello un paño de lana, un obsequio entregado por un periodista peruano, algo que el Papa guarda con cariño en su corazón. (ACI Press)