El ex ministro de Obras Públicas y Transporte, Mauricio Batalla, fue liberado el miércoles tras su arresto relacionado con una serie de investigaciones en el denominado carril oscuro. Esta situación ha causado revuelo en el ámbito político y económico del país, dado el perfil del implicado y la naturaleza de los cargos que enfrenta.
Battle, al salir de las instalaciones judiciales, se dirigió a los medios de comunicación para compartir su experiencia. Habló con una clara emoción, resaltando su alivio y determinación después de haber estado en una audiencia que se extendió por varias horas. En sus declaraciones, expresó:
«Lo único que puedo decir es eso muy feliz, muy fortalecido, muy tranquilo. Gracias a Dios que todo salió bien», dijo el ex funcionario.
A pesar de su liberación, el ex ministro aún debe comparecer ante el tribunal para el resto del juicio programado para el jueves por la tarde. Se encuentra esperando saber las nuevas medidas que el tribunal podría imponerle, lo que ha generado expectativas en la opinión pública y entre los analistas legales que siguen de cerca el caso.
Durante su comparecencia, Battle afirmó:
«Me acusan de sentar el proyecto Daniel Oduber y terminarlo con un préstamo, pero estamos disponibles para el ministerio público», agregó el ex Gerrarca.
Por otra parte, el ex ministro también hizo mención de que en las «primeras etapas no teníamos ligam que sea con tintes ilegales», dejando entrever su confianza en que se esclarecerá su situación legal. La respuesta de la opinión pública ha sido variada, con opiniones divididas sobre la veracidad de estas afirmaciones y su implicancia en el caso.
Además de Battle, un grupo de funcionarios también fue arrestado en el marco de estas investigaciones, lo que ha generado una mayor conmoción. Los nombres de estos implicados son:
- Alejandro Picado, presidente del CNE;
- Marcos Castillo, Director de Aviación Civil;
- Henry Villalobos, oficial de CNE.
Investigación
Las investigaciones están vinculadas a una serie de presuntas irregularidades en relación con la declaración de emergencia para la rehabilitación del piso de aterrizaje del Aeropuerto Internacional Daniel Oduber en Liberia. Este aeropuerto es un punto clave en la infraestructura del país, lo que añade una mayor gravedad al caso.
Los hechos son examinados bajo el archivo número 24-000454-1218-PE, donde se argumenta que el estado de emergencia fue falsamente justificado. Según el cuerpo acusatorio, el daño reportado en la pista se atribuyó erróneamente a las inclemencias del tiempo, específicamente a un capó de tormenta tropical y otras ondas tropicales que ocurrieron en 2022. Sin embargo, se argumenta que los daños no fueron causados por estos fenómenos naturales.
Este escenario permitió que se modificara una decisión ejecutiva, lo que incluyó a Liberia en una emergencia que abarcó todo el país. Esto, a su vez, facilitó un contrato de $39.9 millones que se ejecutó para abordar las supuestas reparaciones necesarias. Tal rapidez en la obtención de la declaración de emergencia lleva a la toma de decisiones ágiles, eliminando la burocracia habitual que exige la aprobación previa del controlador general de la República (CGR), lo que ha suscitado preocupaciones acerca de la transparencia y la legalidad de tales acciones.









