Esto marcará el inicio del Ministerio del Ministerio LEO.

La plaza de San Pedro ha estado abarrotada en las elecciones del pontificio romano Leo XIV. Noticias del Vaticano

Roma, 17 de mayo (Vaticansews) .- La celebración del 18 de mayo representa un hito significativo en la historia de la Iglesia Católica, marcando oficialmente el comienzo de la pontificación de Leo XIV. Este evento no solo es solemne, sino que también está lleno de simbolismo y tradición.

El rito está intrínsecamente vinculado al apóstol San Pedro, subrayando el martirio que sufrió y el significado central del rol papal. Durante esta ceremonia, se hacen referencia a dos insignias importantes: el Palio y el Anillo del Pescador, que simbolizan la conexión entre el Papa y su función pastoral.

El acto de coronación del nuevo Papa se lleva a cabo el domingo 18 de mayo de 2025, con el obispo de Roma asumiendo oficialmente el Ministerio de Petrino. Esta función lo establece como el pastor principal de la Iglesia Católica, un papel que es a la vez un honor y una responsabilidad.

Según la oficina encargada de las ceremonias litúrgicas pontificias, el rito incluye elementos profundamente simbólicos. Las antiguas insignias, como el Palio, están diseñadas para reflejar el legado apostólico. Este Palio, que se elabora a partir de lana de cordero, se asocia con el buen pastor, quien lleva a las ovejas perdidas sobre sus hombros, evocando la misión de Cristo de cuidar a su rebaño.

Como se menciona en las enseñanzas de Simeón de Tesalónica en Ordinationibus, este símbolo no solo resalta la dignidad del papado, sino que también representa la conexión divina establecida a través de la encarnación. El Palio cuenta con lentas cruces negras de seda y tiene extremos que caen sobre el pecho y la espalda, decorados por varias insignias que representan las marcas del sufrimiento de Cristo.

En cuanto al Anillo del Pescador, este artefacto posee un significado particular relacionado con la fe en el papel que desempeña Pedro en la comunidad cristiana. Se considera que este anillo es una representación del compromiso del Papa de confirmar a sus hermanos en la fe, evocando la famosa declaración de Jesús: “Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia”.

Tumba de San Pedro

La liturgia inicia en el corazón de la Basílica del Vaticano. El nuevo Papa, acompañado por patriarcas de la Iglesia Oriental, se dirige a la tumba de San Pedro, donde se detiene a orar y a encender incienso. Este acto tiene un profundo significado espiritual, ya que conecta al nuevo Papa con su predecesor y refuerza el vínculo de la Iglesia a través de la historia.

En esta ceremonia, el obispo de Roma asume el papel de Vikarius Christi, un título que resalta su función como representante de Cristo en la tierra. Después, dos diáconos toman las insignias correspondientes y se encaminan hacia el altar en la Plaza de San Pedro, iniciando un ritual lleno de solemnidad y reverencia.

En el atrio de la basílica del Vaticano

El Papa Leo XIV se reincorpora a la procesión y comienza a alabar a los santos y a la Iglesia Romana, celebrando su intercesión. Desde la entrada principal hasta la Basílica del Vaticano, se extienden tapices que representan la pesca milagrosa, simbolizando el llamado de Pedro por parte de Jesús para ser pescador de hombres. Esta representación se encuentra también en textos litúrgicos que resaltan la conexión divina de esta celebración.

En el altar, se exhibe la imagen de la Virgen del Buen Consejo, un símbolo de guía y protección espiritual. A medida que avanza la ceremonia, se lleva a cabo la bendición y se celebra la Resurrección de Cristo, culminando en las oraciones por la congregación y todos los que enfrentan dificultades en sus vidas.

Palabra de liturgia

El inicio de la liturgia de la Palabra destaca la lectura de un pasaje del Libro de los Hechos de los Apóstoles, que se centra en las acciones de Pedro, quien proclama a Cristo como la roca angular de la fe. A esto le sigue un salmo y una segunda lectura que también enfatiza la importancia de la autoridad apostólica y el ministerio de la Iglesia. El evangelio de Juan, recitado en latín y griego, pone de relieve el mandato de Pedro de nutrir a las ovejas de Cristo.

Imponer insignias episcopales de petrinas

Al finalizar la proclamación del Evangelio, varios cardenales representando diferentes continentes se acercan para presentar a Leo XIV con el Anillo del Pescador, simbolizando su nueva responsabilidad como líder espiritual. En este momento, se invoca la guía del Espíritu Santo para que enriquezca al nuevo pontífice con fortaleza y valor en su ministerio.

El Papa, en un gesto de bendición, utiliza el Libro del Evangelio mientras exclama «¡Ad multos annos!», señalando su deseo de una larga y próspera vida de servicio. Esto actúa como un fuerte recordatorio del compromiso que asume ante Dios y los fieles.

Rito de obediencia

Después de completar el ritual simbólico de «obediencia», donde representantes de diversas congregaciones del mundo expresan su apoyo al nuevo Papa, la celebración continúa con la homilía que ofrece el pontífice. Durante este tiempo, también se presenta la intención por las comunidades, las autoridades y aquellos que se encuentran en situaciones de sufrimiento, pidiendo la misericordia de Dios sobre la Iglesia universal.

Liturgia eucarística

Con la presentación de las ofrendas del «Pastor Ovium», se ora sobre el pan y el vino, favoreciendo un sentido de unidad y comunidad mientras los fieles participan en la Misa. Leo XIV dirige la «Oración Eucarística I», conocida como el «Canon Romano», que es el corazón de la celebración eucarística.

Con la distribución de la comunión, el Papa pide a Dios que confirme a la Iglesia en la unidad y la caridad, protegiendo al rebaño que Él maneja con amor y orientación.

Ritos de conclusión

Finalmente, la celebración cierra con el canto del «Te Deum», un himno que refleja gratitud y alabanza a Dios. A lo largo de la liturgia, se evocan imágenes del viñedo y la protección divina sobre la Iglesia, haciendo un llamado a la gracia y al cuidado eterno que se necesita para avanzar en la misión del Evangelio.