Cuando la ciudad es su vertedero de al lado – Diario cr

Algunos habitantes de Santa Oliva cruzan la ciudad con su bolsa de basura la próxima noche, informa 3catPresente Radio pública catalán. No visita, lo arrojará a los contenedores de Albininyana para no separar sus desechos.

La vista panorámica. La región de Baix Penedès se ha convertido en el epicentro de una guerra de basura entre las comunidades. Cada ciudad tiene su propio sistema de recolección:

  • Contenedor tradicional.
  • Contenedor inteligente por tarjeta.
  • Colección de puertas.

El resultado es un caos en el que algunos vecinos practican lo que las autoridades han bautizado como «turismo de basura»: llevar sus desechos a los humanos además de los estándares de reciclaje de las comunidades más estrictas.

La situación ha aumentado al kafkiano. En cunit, La policía local abre e inspecciona los bolsillos depositado fuera del contenedor que busca recibos, cartas o un documento que sea suficiente para el perpetrador. Ya han puesto más de 200 multas entre 300 y 3.000 euros.

¿Por qué es importante?. Este conflicto refleja perfectamente la brecha entre las ambiciones tecnológicas y ecológicas de las administraciones y la resistencia a los cambios en el ciudadano.

  • Contenedores inteligentes que requieren una tarjeta para abrir o garantizar un sistema demasiado -toor con horarios estrictos para aumentar las tarifas recicladas.
  • Sin embargo, también generan un rechazo visceral en parte de la población que no tiene cinco contenedores diferentes en el hogar.

El resultado es una espiral de comportamientos absurdos:

  1. Vecinos que sabotan los contenedores inteligentes para dejarlos abiertos de forma permanente.
  2. Otros que conducen kilómetros para arrojar basura a la ciudad vecina.
  3. Y la policía se convirtió en detectives de desechos.

Si pero. El «turismo de basura» vive legalmente en una zona gris. El uso del contenedor de la ciudad vecina no siempre es ilegal si se respetan los estándares locales, aunque es un mal uso del servicio que otros pagan con sus impuestos. Lo claramente ilegal es arrojar bolsas de contenedores o hacerlo dentro, ya sea que haya normas municipales que prohíban el uso de no fundamentos.

El contexto. El problema no es exclusivamente para Baix Penedès. En Sanxenxo (Pontevedra)La compañía de limpieza también analiza los bolsillos abandonados con los que los delincuentes deben ser identificados con multas de hasta 600 euros. En Villena (Alicante)La policía identificó a doce personas en siete meses.

Los municipios defienden que estos sistemas reducen los costos y mejoran el reciclaje. Pero en Cunit hay vecinos que no han recogido la tarjeta durante dos años para abrir contenedores inteligentes. El alcalde habla de «negligencia». Los vecinos lo ven de manera diferente.

Entre líneas. La digitalización de reciclaje crea una nueva marginación: mayores, que no entienden tarjetas inteligentes, vecinos sin automóvil para el punto limpio, trabajadores con horarios temporalmente incompatibles.

El «turismo de basura» es solo el síntoma de la impresión de soluciones tecnológicas sin consenso social o alternativas para las del sistema.

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