Christophe Fouquet, el actual director general de ASML, se enfrenta a un reto monumental que, sin duda, exige astucia y estrategia. Al igual que su predecesor en la dirección de esta destacada empresa tecnológica holandesa, Peter Wenink, Fouquet tiene la responsabilidad crucial de Defender los intereses de su empresa. En tiempos donde las tensiones entre Estados Unidos y China se intensifican, su tarea no se ha vuelto más simple. Las sanciones impuestas anteriormente a China por parte de América, junto con las restricciones implementadas por los Países Bajos, han limitado la capacidad de ASML para comercializar su tecnología de litografía más avanzada a clientes en el gigante asiático. Esta situación es preocupante, ya que afecta no solo a las ventas de equipo, sino también a la disponibilidad de mantenimiento y la incorporación de jóvenes talentos para los servicios necesarios.
En el año 2022, ASML reportó una cifra de negocio en China de 2.900 millones de euros, lo que representó el 13.8% de sus ventas anuales totales. En ese periodo, Taiwán se había consolidado como un mercado más prominente para ASML, con clientes de la isla que adquirieron equipos de litografía por un valor de 8.100 millones de euros en 2023, mientras que los clientes chinos gastaron 7.300 millones de euros. No obstante, de manera sorprendente, se anticipa que China se posicionará como el mercado más grande para ASML en 2024, con ventas proyectadas en 10.200 millones de euros, subrayando la importancia crítica de este mercado en particular.
La advertencia de Christophe Fouquet y su impacto en ASML
El año 2024 será recordado en los Países Bajos como un punto culminante en la relación tensa entre ASML y su gobierno. Christophe Fouquet sostiene firmemente que Estados Unidos continuará ejerciendo presión sobre sus aliados, con el objetivo de frenar el desarrollo de la industria china de circuitos integrados. Según el semanario británico El economista, este ejecutivo ha instado a los políticos europeos y a las autoridades regulatorias a que hagan más para apoyar a ASML en este contexto desafiante.
«Europa debería decidir por sí misma lo que quieren […] Nadie más debería ser dictado «
Las declaraciones de Fouquet no se limitan a la mera preocupación; también enfatiza la necesidad urgente de que Europa «decida lo que desea» sin que el dictado de fuerzas externas interfiera en sus decisiones. En caso de no seguir este enfoque, él ha advertido que las principales empresas tecnológicas europeas, incluidas ASML, podrían considerar Moverse fuera del antiguo continente. Aunque su retórica refleja un nivel de frustración, sería extremadamente complicado para la compañía reubicar sus operaciones fuera de Europa. Esto es debido a que gran parte de su cadena de suministro está integrada en este continente.
La preocupación que siente Fouquet es palpable y se ve más acentuada por el hecho de que Estados Unidos seguirá controlando las patentes que ASML utiliza, independientemente de si deciden trasladarse. A pesar de su insatisfacción, la capacidad de maniobra de Christophe Fouquet es limitada. En este marco incierto, su única esperanza parece radicar en el apoyo del gobierno holandés, que es consciente de la importancia crucial de su empresa de tecnología más prominente en su economía.
Fue esta situación la que impulsó al gobierno a iniciar, en marzo de 2024 y liderado por Mark Rutte, la «Operación Beethoven». Este plan, que sigue en marcha, busca recaudar 2.500 millones de euros para mejorar infraestructuras, transporte, educación y suministro energético en la región de Eindhoven, que está notablemente cerca de la sede de ASML en Veldhoven. A pesar de que ASML y Philips contribuirán con 230 millones de euros a este plan, la situación general aún plantea dudas sobre si este esfuerzo será suficiente para garantizar la continuidad de ASML en su país de origen.
Imagen | Asml
Más información | El economista
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