Durante la jornada de ayer, el reconocido meteorólogo Roberto Granda lanzó una interrogante provocadora: «¿Disfrutaste el sol?» Mucho se ha hablado sobre el clima en las últimas semanas, y él aprovechó la ocasión para advertir que a partir del martes por la tarde, una vez más, las nubes y la lluvia se apoderarán de gran parte del país. De acuerdo con sus predicciones, entre miércoles y viernes, el oeste de la península se verá especialmente afectado por lluvias significativas que podrían impactar las actividades cotidianas de los ciudadanos.
Sin embargo, el desafío no se limita a si la lluvia regresa o no, algo que todos sabemos que es inminente. La clave está en cómo este fenómeno se desarrollará a lo largo de la primavera, dejando huella en la climatología del área. Es fundamental estar al tanto de todas las lluvias que se avecinan, ya que son los cambios extremos de clima los que realmente pueden marcar la diferencia.
Pero primero, es importante aclarar: ¿no está lloviendo ahora? En este momento, la razón principal por la que el clima se mantiene seco es la presencia de un anticiclón, que ha sido efectivo en bloquear las tormentas profundas que habitualmente surgen desde el Atlántico. No obstante, este anticiclón no es uno de esos que se mantienen de manera estable sobre nuestras cabezas. En realidad, se encuentra en movimiento, dado que actualmente está permitiendo que masas de aire frío se desplacen desde el suroeste hacia el territorio nacional.
Es importante mencionar que esta situación no permanecerá por mucho tiempo. Tal como se ha indicado más arriba, a partir del martes (sobre todo el miércoles), se prevé que las lluvias sean abundantes en varias regiones como las cuencas de los ríos Guadalquivir, Guadiana y Tajo. Las predicciones meteorológicas señalan que este fenómeno podría ser considerablemente intenso, sobre todo en la parte sur del Sistema Central. Después del índice meteorológico, que mide la rareza de los fenómenos, será un indicador de la severidad de estas lluvias.
Y eso no es todo: se asoma otro bloqueo. Tal como lo indicó Víctor González, tanto los modelos de predicción meteorológica de Europa como de Estados Unidos han comenzado a indicar un posible bloqueo anticiclónico en el norte de Europa. Esto implica que podríamos enfrentarnos a una estructura atmosférica similar a la que experimentamos en marzo. Sin embargo, aún es muy temprano para definir con claridad lo que sucederá, ya que existen diversas alternativas por considerar.
Este bloqueo en el norte de Europa da lugar a las tormentas que pueden dirigirse hacia nuestras latitudes. Sin embargo, no es necesario que tengamos un anticiclón directamente sobre nosotros. Lo curioso es que cuando se forma un sistema de bloqueo en la península, es probable que experimentemos una «atmósfera templada y ligeramente inestable». Pero en el momento en que el bloqueo se disipe hacia el sur, podría haber una repetición de fenómenos que se asemejen a los del mes anterior.
¿Podríamos estar ante una nueva marcha en abril? No es tan sencillo. Aunque esta es solo una de las múltiples posibilidades que podrían presentarse, no es seguro que vaya a ocurrir (y menos aún con una intensidad definida). Sin embargo, lo que realmente destaca y resulta intrigante es esta incertidumbre. En un país donde la estabilidad climática es una constante, esta inestabilidad es bastante notable y genera una gran expectación.
Por lo tanto, este artículo no puede finalizar sin plantear la eterna pregunta: «¿qué podemos esperar realmente?» Nos encontramos inmersos en una dinámica atmosférica que sugiere que las lluvias están a la vista para esta semana.
Imagen | Delicias tropicales
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