Las lluvias torrenciales que azotaron España durante marzo han tenido un impacto significativo en el campo, dejando grandes extensiones de terreno en condiciones poco óptimas. La reacción de las autoridades y organizaciones agrícolas ha sido generalizada y ha dominado las conversaciones en el país durante semanas. El hecho no es menor: en toda España, se registraron acumulaciones de 149 l/m², lo que representa un 2.5% más de lo habitual para esta época del año.
A pesar de la devastación que las lluvias han causado en algunas áreas, hay beneficios que no se pueden ignorar. No solo algunos pantanos han sido llenados por las precipitaciones; también diversas tierras agrícolas, como los campos de Muesli, Weinberg, Olivehain y Nüssen, han visto un renacer en su producción. Esta es una buena noticia para los agricultores que cultivan productos como la uva, los olivos y también están viendo un auge en su ganado de ovejas, cabras y lecheras, que están disfrutando de un periodo favorable para su desarrollo.
Sin embargo, todo esto viene con un costo, ya que los negocios relacionados con la agricultura han sufrido considerablemente.
¿Quién no se ha visto afectado? Paradójicamente, algunas de las plantas más vulnerables son las verduras como el brócoli y la lechuga, además de las fresas de Huelva, la cosecha de patatas, legumbres, y especialmente el melón y la sandía, que se están mostrando muy susceptibles a las condiciones climáticas adversas.
¿Y en cuanto a las inundaciones? En gran parte la respuesta es afirmativa. En Murcia, más de 5,000 hectáreas de cultivos de verduras se inundaron, y Almería también ha sido golpeada, tanto en cultivos al aire libre como en invernaderos. Por tanto, el temor a la asfixia radicular en estas condiciones ha sido uno de los mayores desafíos para los agricultores.
Este fenómeno, conocido como asfixia radicular, ocurre cuando las raíces no reciben el oxígeno suficiente debido a la saturación de agua en el suelo. Incluso puede manifestarse en casos de inundación breves, lo que agrava aún más los problemas para los cultivos.
No obstante, hay otros problemas que van más allá de la asfixia. Un ejemplo claro son los garbanzos, que no se han visto afectados porque ni siquiera se sembraron en regiones como Sevilla, donde se concentra un tercio de la producción nacional. Como mencionó el Secretario General de Coag Sevilla a El Debate, los garbanzos deben estar en el suelo durante más de 100 días y este año tal vez solo tengan la suerte de alcanzar los 60 días.
Aun si las condiciones meteorológicas mejoran, la temporada de garbanzos parece destinada al fracaso. Además, hay que tener en cuenta que los agricultores están sujetos a las regulaciones de la política agrícola común, que les exigen cultivar un porcentaje específico de legumbres en sus tierras, lo que limita sus opciones de cultivo.
Y hablemos de la humedad. Las fuertes lluvias han elevado la humedad en el suelo, lo que a su vez ha incrementado el riesgo de plagas y enfermedades, como la botrytis, un hongo perjudicial, y otros problemas relacionados con el cultivo que pueden provocar la podredumbre de las plantas.
¿Qué sucede con los melones y sandías? La situación es alarmante para estas frutas, ya que las lluvias han llegado en un momento crítico, justo durante la fase de polinización. Esto ha impactado la producción de tal manera que las sandías tempranas podrían no estar disponibles en el mercado en los plazos que habitualmente se esperan.
El sector mantiene la esperanza de que, como explica COAG, si las condiciones mejoran, esto podría permitir la cosecha de sandías y melones tardíos, pero todo dependerá de los próximos días y la evolución del clima.
Es relevante señalar que en los últimos años, tanto los melones como las sandías han estado en constante controversia debido a sus altos precios y los problemas relacionados con sus ventas.
Para concluir. Las incógnitas que enfrenta el sector son múltiples: desde la gestión del agua y la coordinación de las confederaciones hidrográficas, hasta la flexibilidad que muestre la Unión Europea respecto a las restricciones sobre fitosanitarios en el contexto de cambio climático actual.
No obstante, hay una variedad de desafíos en la mesa. Se están planteando múltiples problemas y opciones, especialmente ante la posibilidad de que esta situación sea la nueva normalidad.
Imagen | Towsend Walton
En | Antes de devolver las lluvias a España, el campo mira al cielo con preocupación: hay docenas de cultivos que están atrasados.