En la previa de lo que se podría considerar un encuentro clásico en el fútbol, el enfrentamiento entre Arsenal y Everton resultó en un empate 1-1 que encendió la preocupación en el campamento del Arsenal. Este resultado se produce justo antes de que el equipo de Mikel Arteta se prepare para medirse contra el poderoso Real Madrid en la UEFA Champions League, lo que ha generado un aumento de la presión sobre el equipo londinense. Con una Premier League que parece prácticamente perdida y una diferencia de catorce puntos con el actual líder Liverpool, el Arsenal se enfrenta a un desafío monumental.
Mikel Arteta optó por rotar a varios jugadores clave en este encuentro, dejando a figuras como Martinelli, Martin Ødegaard, Thomas Partey, Bukayo Saka y Jurrien Timber en el banquillo en un intento de gestionar mejor las energías de su plantilla. En el caso de Ben White, quien ha estado lidiando con lesiones desde noviembre, su inclusión hubiera sido crucial para la defensa del Arsenal, pero durante este partido, el entrenador español tomó decisiones que podrían haber afectado el rendimiento del equipo en la cancha. La estrategia de Arteta se centró en equilibrar la necesidad de un rendimiento sólido en la liga y la atención en los próximos desafíos europeos, aunque esta balanza parece haberse inclinado peligrosamente hacia el lado equivocado.
A pesar de haber tenido en ciertos momentos la sensación de que merecían más, los jugadores del Arsenal batallaron para convertir sus oportunidades. En los últimos instantes del partido, aunque eran claramente los dominantes, no lograron concretar su ventaja, lo que les ha dejado con un punto que no cambia significativamente la situación en la tabla de posiciones. Si el Liverpool logra vencer al Fulham en su próximo partido, la diferencia aumentará aún más a catorce puntos; lo que haría que la tarea de acercarse a la cima se convierta en una misión casi imposible.
En términos de táctica, el Arsenal estuvo al mando en el primer tiempo, gracias a la excelente actuación de Raheem Sterling, quien aportó con una notable jugada que llevó a una serie de opciones ofensivas. Sin embargo, esta estrategia no pudo sostenerse, y tras un descanso donde el Arsenal no supo mantener su ventaja de 1-0, el equipo se vio sorprendido por una jugada desafortunada que terminó en un penalti en su contra, resultado del contacto mínimo pero suficiente para que el árbitro se decidiera a señalar la falta que perjudicó al equipo local.
En el transcurso del segundo tiempo, el Arsenal mostró destellos de brillantez, especialmente en los últimos veinte minutos del partido donde el portero del Everton, Jordan Pickford, tuvo que esforzarse al máximo para mantener su equipo en el juego. Tanto Trossard como Martinelli estuvieron cerca de marcar, pero la fortuna no estuvo de su lado. Ødegaard tuvo una oportunidad de oro, ganando en el aire un centro, pero el equipo tuvo que conformarse con un empate que no les favoreció en la carrera por el título.
Ante esta realidad, el Arsenal se encuentra en una posición complicada, con el Liverpool dominando la tabla y el equipo de Arteta rezagado en la lucha por el campeonato. Aún hay tiempo por delante para cambiar las cosas, pero sin duda, la presión aumentará en los días venideros mientras se preparan para el próximo choque crucial en la Champions League.