En enero de este año, la Agencia Catalana del Agua realizó una actualización de sus datos relacionados con las áreas que son vulnerables a la contaminación por nitratos provenientes de actividades agrícolas. Estos datos son impactantes y preocupantes: el 49.2% de las comunidades en Cataluña presentan niveles de contaminación por compuestos nitrogenados que exceden los límites legales establecidos. Esto representa el 39.9% de la superficie total de Cataluña, lo que plantea un problema grave y creciente.
El incremento de esta problemática se vuelve más alarmante si consideramos que la lluvia de las últimas semanas puede dar una falsa impresión de que todo está bajo control. En este contexto, el gobierno tiene la obligación de tomar medidas inmediatas, y cualquier intento de aplazar decisiones podría acarrear consecuencias difíciles de manejar en el futuro.
¿De verdad se detiene el crecimiento? Como Antonio Cerrillo explica, en 1998, el porcentaje de municipios catalanes catalogados como zonas en peligro era del 21.5%. Este número ha ido aumentando de manera alarmante: en 2004 llegó al 33.7%; en 2009, al 44.2%; y en 2015, se registró un 44.5% de municipios afectados. Aunque algunos municipios, como Blanes, Cubelles y Tordera, han eliminado su estatus de peligro al cumplir ciertos indicadores de calidad, otros ocho se han añadido a la lista de zonas contaminadas, lo que indica que la tendencia general es de un ligero aumento en la contaminación por nitratos.
Ahora bien, ¿mejorarán los indicadores? Esa es una pregunta crucial. No cabe duda de que la situación está parcialmente relacionada con la sequía, la cual afecta gravemente la capacidad de dilución de los nitratos en el agua subterránea. Cuando hay abundantes lluvias, estos compuestos contaminantes tienden a diluirse, lo que puede llevar a que los niveles de contaminación no superen los límites establecidos. Pero, si la cantidad de agua disminuye, las alarmas se disparan debido al incremento en las concentraciones de nitratos.
Las reservas hídricas actuales de Cataluña son preocupantes, con un 76.46% a nivel general, 78.83% en Barcelona y solo un 47.28% en Girona, que es el nivel más bajo. Mientras escribo esto, las reservas están recibiendo agua en todo el país, lo que podría ayudar a mejorar la situación, al menos temporalmente.
Sin embargo, los problemas relacionados son aún más complejos. La contaminación por nitratos no es un fenómeno aislado; es el resultado de prácticas agrícolas intensivas que priorizan la rentabilidad económica sin considerar sus efectos negativos a largo plazo. Estas prácticas no solo afectan a Cataluña, sino que son un reflejo del estado alarmante de las aguas subterráneas en toda España. Según la red de medición de nitratos, prácticamente el 60% de las aguas subterráneas del territorio nacional están contaminadas por nitratos, y la situación está en aumento.
Los incidentes de contaminación han tenido impactos severos en la salud pública. Por ejemplo, en 2013, se descubrió que 161 municipios en Castilla y León habían estado consumiendo agua contaminada durante años, lo que resalta la gravedad del problema en el marco de la gestión del agua en nuestro país. Este es solo uno de los muchos ejemplos que ilustran la serie de problemas que enfrentamos actualmente.
Es fundamental que todos los actores involucrados asuman su responsabilidad y tomen medidas efectivas. Según Antonio Cerrillo, la Generalitat de Cataluña está trabajando en una orden para evaluar las áreas contaminadas por nitrato resultantes de la ganadería intensiva. No obstante, el historial muestra que las acciones suelen ser tardías.
Un claro ejemplo de esto fue el «Decreto real que establece las normas para una agricultura sostenible«, que se aprobó después de más de tres años de debates. Esta es la forma en que comúnmente se llevan a cabo las cosas en nuestro país.
A medida que hemos señalado, las lluvias de marzo nos brindaron una oportunidad única para revitalizar los acuíferos del país. Sin embargo, esta victoria es temporal y podría no ser suficiente para abordar los problemas sistémicos que han sido ignorados durante demasiado tiempo. La situación podría llegar a ser aún más crítica si no se toman medidas significativas.
Imagen | Copérnico | Scott Goodwill
En | España enfrenta una crisis de sobreexplotación de agua subterránea. Las lluvias de marzo son una oportunidad histórica para proteger nuestros recursos hídricos.