La diputada involucrada en la crisis social, Vanessa Castro, tiene la posibilidad de recibir el respaldo de los seis votos provenientes de la fracción del Frente Amplio (FA) en su aspiración de servir en la Asamblea Legislativa a partir del 1 de mayo. Esta situación se presenta en un contexto crucial para la política costarricense, donde la representatividad femenina en los cargos legislativos es un tema central de discusión.
Recientemente, los representantes del FA emitieron un comunicado en el que se informaba su decisión de respaldar una candidatura legislativa liderada por una mujer. Esta declaración se produce en un momento en que las expectativas sobre la representación de género en la política son altas. Además, la fracción del FA dejó claro que no apoyarán la candidatura de Verdiblanco Rodrigo Arias, evidenciando su compromiso con el fortalecimiento del liderazgo femenino en el ámbito legislativo. Entre sus objetivos, se encuentra también el empoderamiento de un bloque de mujeres parlamentarias que buscan asumir un cargo importante dentro de la Asamblea, esto a raíz del cambio de presidencia que tuvo lugar en enero pasado.
El líder del FA, Antonio Ortega, afirmó: «El frente amplio apoyará con sus votos la formación de una guía legislativa compuesta solamente por representantes de la oposición.» Su afirmación subraya la necesidad de que en esta nueva Asamblea, la cual posee la mayor cantidad de delegados en su historia, se incorpore a una mujer en un puesto de liderazgo. Este requerimiento resalta no solo la historia, sino también la creciente demanda por una representación equitativa de género en todos los niveles del gobierno.
En este sentido, Ortega agregó que la diputada Castro ya ha mostrado su disposición de diálogo sobre cuestiones fundamentales que son clave para el buen funcionamiento de la gestión parlamentaria durante este período. Se hace un llamado a los demás miembros de la oposición para unirse a esta causa, no solo con miras a elegir una mujer para la presidencia del Congreso, sino también para garantizar que toda la junta directiva esté compuesta por legisladores de oposición.
Juego de números
Para que un candidato asuma la presidencia del Congreso, se requieren 29 votos. En la situación actual, el aspirante Rodrigo Arias cuenta con el respaldo de 16 delegados del Partido Nacional de Liberación (PLN), ya que algunos otros, como Gilberth Jiménez y Carolina Delgado, decidieron no apoyarlo. Esto significa que, en el mejor de los casos, lograría 17 votos.
Sin embargo, hay incertidumbre sobre si podrá conseguir apoyo adicional de otros legisladores independientes, aunque aún existen dudas sobre el posible respaldo de Carlos Andrés Robles y Carlos Felipe García. Por lo tanto, se estima que podría alcanzar un total de 23 votos, siempre que pueda asegurar el apoyo de las seis voces restantes de la fracción social.
Una de las incógnitas que se presenta en este escenario es lo que decidirán los miembros del bloque de delegados independientes, que incluye a Kattia Cambronero, Gloria Navas, Johana Obando, María Marta Padilla, Cynthia Córdoba y Luz Mary Alpízar. Su decisión podría inclinar la balanza a favor de Arias o a favor de Castro, dependiendo de su alineación política y sus objetivos. Además, la postura de los tres delegados del Partido Liberal Progresista (PLP) se convierte en un factor decisivo en este debate, ya que si los independientes se dividen, su estado de ánimo podría jugar un papel crítico en la definición del próximo presidente del Congreso.