BUENOS AIRES, 16 de abril (Xinhua) – El reciente levantamiento del control de cambio en Argentina ha suscitado un intenso debate sobre las perspectivas de estabilidad del tipo de cambio en el futuro cercano y las posibles repercusiones de esta medida en los indicadores de precios del país. Este cambio, que se materializó el lunes pasado, es parte de un enfoque más amplio para lidiar con la crisis económica que ha asediado a Argentina y ha llevado a la implementación del conocido «CEPO». La eliminación del control de cambio se enmarca en un contexto de creciente inflación que ha sido particularmente aguda durante los últimos siete meses, y se teme que las nuevas condiciones del mercado puedan intensificar aún más esta problemática.
Los expertos locales están divididos en su análisis sobre el impacto de esta decisión gubernamental en la inflación, la cual se estima que se sitúa en aproximadamente un 2 por ciento. Algunos economistas advierten que podría producirse un ajuste significativo en los precios como consecuencia inmediata del aumento en las importaciones. Otros, sin embargo, abogan por una perspectiva más optimista, sugiriendo que las fuerzas inflacionarias podrían comenzar a desacelerarse una vez que los mercados se adapten a la nueva realidad económica.
"El impacto en los precios dependerá en gran medida de cómo se comporten las importaciones. Si el valor del dólar se incrementa en un 25 por ciento, a primera vista uno podría esperar que los precios de los productos importados también suban en esa misma proporción. Sin embargo, no necesariamente todo ese aumento se trasladará a los precios al consumidor en el mercado local," indicó el economista Adrián Gutiérrez en diálogo con Xinhua. Gutiérrez, quien se ocupa de coordinar temas de economía y negocios en su escuela económica, señala que aunque la eliminación de las restricciones podría generar una cierta inestabilidad a corto plazo, el efecto se irá atenuando a medida que la economía logre adaptarse a este nuevo sistema.
Otros economistas, como Camilo Tiscornia, que es parte de un grupo de asesores económicos, han recogido declaraciones para el periódico local Infobae advirtiendo que podría haber un traspaso significativo de precios si el dólar alcanza el límite superior del nuevo sistema, que se establece en 1,400 por unidad. Tiscornia sostiene que este escenario podría representar un aumento del 30 por ciento en el costo de vida, lo cual tendría repercusiones importantes en la inflación del país.
En un análisis similar, Guido Zack, economista vinculado a una reconocida fundación, enfatizó que un aumento en el valor del dólar tendría un impacto directo y casi instantáneo en el incremento de los precios de los bienes y servicios. "La inflación seguramente será un problema mayor si el dólar continúa en ascenso. Hay que ver hasta dónde alcanzará este aumento y qué tan volátil se mantendrá el mercado, ya que la economía de Argentina es muy sensible a estos cambios," afirmó Zack.
Adicionalmente, analistas coinciden en que la reciente liberalización del mercado cambiario podría estar alineada con la perspectiva de recibir ingresos futuros del sector agrícola y financiamiento externo, elementos que podrían ayudar a estabilizar el tipo de cambio. Gutiérrez comentó que el volumen monetario que ingresará a través de organismos crediticios internacionales debería ser suficiente para satisfacer cualquier demanda en el mercado, aunque destacó que a diferencia de lo que sucedió en diciembre, no se debería esperar un impacto inmediato en las tasas de cambio.
El contexto estacional también jugará un rol clave en cómo se implementará esta flexibilidad, pues se anticipa que una mayor entrada de divisas podría proporcionar la estabilidad necesaria en el mercado cambiario. Gutiérrez mencionó que estos factores son particularmente importantes durante esta época del año, donde se destaca un ciclo de ingresos debido a la cosecha de productos agrícolas como la soja y el maíz, lo que debería contribuir positivamente a las finanzas locales.
Desde la perspectiva de los sectores exportadores, se considera que la nueva dinámica cambiaria será benéfica, especialmente para el sector agrícola, que podría ver aumentados sus ingresos en moneda local. El complejo sojero, en particular, es identificado como uno de los principales beneficiarios del cambio, destacando su importancia en el panorama de exportación de Argentina. Por su parte, el diagnóstico para la industria es más mixto. Si bien se observa cierta recuperación desde diciembre, muchos sectores todavía no alcanzan los niveles de producción de años anteriores. Esta incertidumbre política junto con devaluaciones y tarifas de servicios públicos elevadas han añadido un ambiente de desconcierto en las proyecciones económicas en el país.
A pesar de ello, se estima que la mayor disponibilidad de divisas puede incentivar a las grandes empresas a aumentar sus inversiones, ya que ahora tienen la posibilidad de repatriar ganancias y dividendos a sus casas matrices sin las restricciones impuestas anteriormente. Esta apertura en las políticas económicas podría cambiar la configuración del mercado, aunque el camino hacia la estabilidad total aún parece complejo y lleno de desafíos.