El diputado del progreso socialdemócrata (PPSD), Pilar Cisneros, recientemente compartió sus reflexiones sobre el escenario que encontró al ser aceptado como miembro del Congreso en la actual Reunión legislativa. En una charla sincera y sin tapujos, Cisneros se sumergió en los desafíos y desilusiones que ha percibido desde dentro del sistema legislativo costarricense.
Durante una entrevista en el podcast conducido por el ex diputado liberal, Otto Guevara, Cisneros definió al Congreso como un espacio que se ha vuelto «muy triste y decepcionante para Costa Rica». Su crítica no se detuvo ahí; de hecho, el legislador destacó que la mayoría de los miembros del Congreso parecen no tener el bienestar del país en sus corazones o en sus mentes.
“Es evidente que lo que les interesa a muchos de los delegados son sus propios partidos políticos, sus intereses personales y sus amistades más cercanas, lo cual resulta ser extremadamente triste y perjudicial», subrayó. Cisneros agregó, en un tono crítico y reflexivo, que el enfoque de algunos representantes parece ser «nada que ayude al gobierno, todo contra Rodrigo Chaves». Con esto, dejó ver su descontento ante una aparente dinámica de oposición que está más ligada a intereses individuales que a un verdadero anhelo por el progreso nacional.
El funcionario enfatizó que este tipo de comportamiento legislativo está generando un daño significativo al país. «La mentalidad es clara: si no es mi candidato y mi partido, haré todo lo posible para obstaculizar su trabajo. Entonces, nos hacemos la siguiente pregunta: ¿quién está causando el daño aquí? ¿Es Rodrigo Chaves o son los mismos delegados que juraron servir al pueblo de Costa Rica?», cuestionó, destacando la responsabilidad que tienen los legisladores como representantes del pueblo.
A pesar de sus críticas, Cisneros también mencionó que ha buscado colaborar en la creación y el apoyo de proyectos de ley provenientes de diferentes bancos legislativos. Esta actitud positiva contrasta con la narrativa negativa que ha percibido en el ambiente político. Sin embargo, lo que parece claro es que la función pública en este momento se enfrenta a obstáculos significativos que van más allá de la mera elaboración de leyes.
El actual Congreso, que apenas ha superado un año de su última legislatura, se encuentra en medio de un contexto político tenso a medida que se acercan las elecciones presidenciales de 2026. Esta proximidad a los comicios parece exacerbar aún más las diferencias entre los partidos y los intereses personales de los legisladores, dificultando la posibilidad de llegar a acuerdos que beneficien a la ciudadanía en general.
En resumen, las inquietudes de Pilar Cisneros reflejan una crisis que podría estar afectando la capacidad del Congreso para cumplir con su misión fundamental de servir al pueblo de Costa Rica. La lucha política interna y la falta de una visión común podrían estar perjudicando tanto los intereses de los costarricenses como la reputación del órgano legislativo en su conjunto.