El ambiente es solemne y reflexivo en Costa Rica tras el fallecimiento del Papa Francisco, un líder espiritual muy querido por muchos alrededor del mundo. Este lunes, la bandera nacional del país se izó a media asta en la casa presidencial, lo que simboliza el respeto y la tristeza compartidos por la nación en momentos de pérdida.
Ante esta situación, el presidente de la República, Rodrigo Chaves, ha tomado la decisión de declarar un periodo de cuatro días de luto nacional. Este gesto busca honrar la memoria del Papa y proporcionar un espacio para que la población pueda expresar su dolor y conmemoración.
En una declaración oficial emitida por la presidencia, se indicó que esta medida es una “muestra de solidaridad y profundo respeto por la población católica”, añadiendo que la nación “guardará cuatro días de duelo nacional desde el lunes 21 hasta el jueves 24 de abril”.
Además, como parte de las conmemoraciones, se ha dispuesto que el pabellón de la casa presidencial permanecerá a media asta, y se hará lo mismo con todas las banderas y pabellones de uso externo en el país. Esta acción resalta la conexión y la empatía que Costa Rica ha mostrado hacia los católicos y a su vez, hacia la figura del Papa Francisco, reconocido por su labor humanitaria y pastoral.
Desde la casa presidencial se ha enviado un mensaje de apoyo a todos los fieles católicos, invocando un “abrazo fraternal” y elevando oraciones por el descanso eterno del Papa Francisco. Esta era una figura emblemática que supo consolidar su liderazgo a lo largo de sus doce años de papado, marcando una huella importante en la historia de la Iglesia Católica.
Como parte de los tributos realizados en su memoria, los delegados llevaron a cabo un pequeño pero emotivo homenaje, donde se guardó un minuto de silencio. Este momento de reflexión subrayó las virtudes y logros que el Papa Francisco destacó durante su papado, reafirmando su legado y la influencia que tuvo sobre millones de personas en todo el mundo.
El Papa Francisco falleció a los 88 años, habiendo realizado su última aparición pública el Domingo de Resurrección, ante una multitud de fieles católicos. La noticia de su muerte fue recibida con gran pesar, no solo en Costa Rica, sino a nivel mundial.
En un testamentado que fue divulgado por el Vaticano poco después de su fallecimiento, el Papa Francisco dejó clara su voluntad de ser enterrado en una tumba «simple», en una cripta de Roma, un lugar dedicado al culto de la Virgen María. Esta última voluntad refleja su humildad y conexión con la fe que tanto valoró a lo largo de su vida.
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