



Los carteles de las drogas continúan siendo un desafío monumental en México, aunque su influencia se extiende a otras regiones de América Latina. Sin embargo, es México el país que ilustra mejor hasta qué punto estas organizaciones criminales pueden llegar en su búsqueda de control y poder. Estas agrupaciones operan en segmentos altamente lucrativos, como el cultivo de aguacate, y su violencia notable afecta no solo la vida cotidiana de los ciudadanos, sino también el turismo. El impacto de estas organizaciones es tan profundo que logran controlar la distribución del 13% de todos los productos dentro de la economía mexicana. Nada ilustra de forma más contundente su fuerza como su influencia sobre los vehículos utilizados en sus operaciones.
La armadura de la droga.
Narcocochapuza. Antes de hablar de los vehículos terrestres utilizados por estos carteles, es importante mencionar sus métodos marítimos. Específicamente, nos referimos a los narcosubmarinos, una muestra de la sofisticación y los avances que han logrado a lo largo del tiempo para transportar grandes cantidades de drogas a través de los océanos. Estas embarcaciones son la respuesta a la necesidad de mover drogas producidas en tierra, evidenciando el ingenio de estas organizaciones criminales.
En ofertas de vehículos terrestres, estas organizaciones han demostrado que pueden mover bienes no solo para protegerlos, sino para infundir pánico en sus enemigos y demostrar su poder. Hace unos 15 años, surgieron los narcotanques, vehículos modificados comercialmente que los carteles adaptaron añadiendo capas de armadura. Esta creación se ha convertido en una herramienta aun cuando su aspecto puede ser considerado poco atractivo, su funcionalidad les ha permitido cumplir su cometido.
Monstruo. La imagen que introduce este artículo es un testimonio de que, aunque no sea el diseño más elaborado, este vehículo pesado cumple con su misión de ofrecer protección contra municiones convencionales y sembrar el terror entre sus adversarios.
Su apariencia inusual ha dado lugar al apodo de ‘monstruo’ o ‘vehículo rinoceronte‘. Similar a aquellos primeros barcos U, estos vehículos han sido modificados con la incorporación de placas de acero de entre dos y tres centímetros de espesor, además de bases y puntos de mira para ametralladoras y rifles. Esto les proporciona un plus adicional como protección ante el fuego enemigo en caso de que deban embestir sus opositores.
Narcotanques. Desde el inicio de la última década, estos vehículos han sembrado el pánico (imaginemos, son como una molestia constante en las calles) debido a su eficacia y al constante recordatorio de los efectos de la munición de los carteles rivales. Similar a lo que ocurrió con los barcos U, los carteles han comenzado a crear tanques que superan los niveles exigibles de protección y movilidad.
Estos vehículos aún son fabricados a mano, lo que deja visiblemente las marcas de trabajo y los vehículos utilizados son convencionales. Sin embargo, en un breve periodo han evolucionado de simples «fugitives» con unas pocas hojas de acero a vehículos que pueden atravesar una armadura militar. Un ejemplo notable es el que el YouTuber Víctor González mostró en su video:
Ford Super Duty. El Ford Super Duty es un vehiculo espectacular. Disponible en 4×4 con motores V8, tiene una capacidad de carga de hasta 3.6 toneladas y la capacidad de arrastrar otras 18 toneladas. Este modelo se ha convertido en el sueño de cualquier amante de camionetas en Estados Unidos, pero también ha proporcionado la base perfecta para que los traficantes de drogas construyan un blindado … espectacular.
En el video de González, es evidente que los narcotraficantes no solo han adaptado los patrones de camuflaje de vehículos militares, sino que también han cambiado profundamente el exterior de los vehículos hasta el punto en el que se vuelve difícil identificar qué modelo es original.
Las placas de acero cubren cada milímetro, con pequeños cristales y aberturas que pueden cerrarse. Para adaptarse a las armas, han incluido entradas protegidas y, en algunos casos, un sistema de torretas superior de 360 ° que permite el disparo en múltiples direcciones.
Como mencioné anteriormente, hay ciertos elementos que resaltan cómo se notan las costuras de soldadura en los vehículos. Aunque se puede observar que los cambios son drásticos, las ruedas están particularmente protegidas. El costo de tales modificaciones es considerable: hasta dos millones de pesos mexicanos, equivalentes a aproximadamente 100,000 dólares estadounidenses, como se reporta en Reading Información. Algunos narcotanques son más discretos, asemejándose a camiones normales pero con armamento considerable en su interior:
Captura. Este no es un aspecto que los traficantes de drogas oculten: de hecho, buscan exhibir su poderío. Si un grupo de personas cuenta con vehículos con mejor blindaje, hay una presión constante por obtener lo mismo para igualar o superar a los vehículos de grupos competidores. Estos transportes son, como hemos mencionado, una muestra de poder y un fuerte disuasivo. Así como los narcotanques intimidan a sus enemigos, las autoridades han enfrentado durante más de una década el «tráfico de drogas».
A lo largo de los últimos años, las fuerzas del orden han confiscado casi 300 de estos vehículos blindados, que luego utilizan en labores de policía y en centros de entrenamiento armados. De esta forma, las fuerzas de seguridad pueden aprender sobre las tácticas de protección que utilizan los narcotraficantes, identificar debilidades y llevar a cabo simulaciones en las condiciones más realistas posibles. Además, destruyen aquellos que no son funcionales.
Efectividad relativa. Una de las grandes preguntas que surge con respecto a estos tanques es cómo se desempeñan en un enfrentamiento, y si realmente son más que un simple elemento disuasorio. La respuesta a esto varía ampliamente dependiendo del contexto y el ente que los enfrenta. En la guerra entre carteles competidores, los conflictos callejeros y hasta en enfrentamientos con oficiales de policía «convencionales», estos vehículos blindados son muy útiles. Sin embargo, contra un ejército que cuenta no solo con vehículos blindados, sino con tecnología superior, la efectividad de estos narcotanques puede verse comprometida.
La modernización es clave. Grupos como el Gulf Cartell han comenzado a implementar mejoras que superan el blindaje tradicional: ahora están instalando software en los vehículos que bloquea las señales de drones enemigos. Es evidente que la evolución de estos narcotraficantes ha sido extraordinaria en pocos años, pasando de crear vehículos manuales a contar con modelos con capacidades militares avanzadas.
Esto representa otra manifestación del poder de estas organizaciones criminales y refleja hasta dónde están dispuestas a llegar para proteger sus recursos y eliminar a la competencia.
Fotos | ZestymaSterOfzesty, Víctor González
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