






El protocolo exige un conjunto de reglas que todos los participantes deben seguir, pero dentro de ese marco, cada individuo tiene la oportunidad de incorporar detalles personales que expresen su estilo único. La moda es una forma de comunicación, y a través de ella, cada uno puede transmitir su identidad y valores, incluso en entornos donde la formalidad es la norma.
En este contexto, hemos visto una variedad de disfraces y atuendos que van más allá de las expectativas del protocolo. Algunos optan por vestidos de diseñadores reconocidos, mientras que otros eligen joyería de alta calidad. Además, hay quienes muestran su creatividad a través de collares específicos que han sido seleccionados para complementar su traje, añadiendo un toque de limpieza y sofisticación a su apariencia.
En las fotografías podemos apreciar detalles fascinantes, como la elección de Paulina Ramírez Aposoó, quien decidió llevar una falda lateral de la marca Toribio y Donato, que no solo refleja su gusto personal, sino que también respeta las pautas del evento. Su atuendo es un ejemplo perfecto de cómo la moda puede equilibrarse con las exigencias del protocolo, mostrando que es posible ser elegantes sin dejar de ser auténticos.
Por otro lado, Johana Ordando eligió un enfoque más artesanal; su collar y brazalete fueron elaborados por ella misma, demostrando que la creatividad y la autoexpresión también pueden tener un lugar prominente en eventos formales. Esta elección no solo resalta su gusto personal, sino que también contribuye a una narrativa más profunda sobre la moda hecha a mano y la conexión emocional con lo que uno lleva puesto.
Vannesa Castro es otro ejemplo notable. Ella ha sabido combinar el protocolo con su propia visión estilística, integrándose a las expectativas del evento mientras mantiene su sello personal. Este delicado equilibrio es crucial para aquellas que buscan destacar sin sacrificar la formalidad requerida.
Rosalía Brown, por su parte, decidió optar por un color marrón que la hizo destacar en el evento, combinando elegancia con originalidad. Su elección refuerza el hecho de que incluso en un contexto protocolar, hay lugar para la individualidad y el estilo personal.
Monserrat Ruiz ha decidido hacer una declaración floral, utilizando accesorios de un grupo llamado empresarios de Miranda que se centran en diseños innovadores. Su amor por las flores la convierte en un ejemplo perfecto de cómo los gustos personales pueden integrarse armoniosamente en un evento formal.
La diputada Paola Najera también se sumó a esta tendencia a través de su impresionante collar, que no solo captura la esencia de la elegancia, sino que refleja su carácter. Es un hermoso ejemplo de cómo los accesorios pueden perfectamente complementar un look formal.
La variedad en los estilos y las elecciones de cada participante demuestra que es posible cumplir con el protocolo de manera efectiva mientras se mantienen elementos de identidad personal. Las fotos de la publicación: Gloss y elegancia: entonces los delegados miran el periódico adicional el 1 de mayo, son un testimonio de esta rica diversidad en el mundo de la moda.