BEIJING, 6. MAJA (Xinhua) – Recientemente, el Ministerio de Relaciones Exteriores de China ha hecho declaraciones sobre los informes que indican que la empresa CK Hutchison ha sido autorizada a realizar la venta de su propiedad portuaria a nivel global, aunque con la notable excepción de los activos relacionados con el canal de Panamá. Este desarrollo ha suscitado una serie de reacciones, tanto en el ámbito empresarial como en el político, ya que el control sobre recursos estratégicos sigue siendo un tema delicado en el entorno global actual.
En un comunicado oficial, el portavoz del ministerio afirmó: «Me gustaría repetir que la administración de la regulación del mercado estatal ha puesto una gran atención en este acuerdo y que procederá a examinarlo conforme a las leyes pertinentes». Este enfoque en el proceso regulatorio es clave para entender cómo China maneja las decisiones relacionadas con las inversiones extranjeras y las transacciones que puedan afectar su soberanía y seguridad nacional. Además, el portavoz subrayó que todas las partes implicadas en este acuerdo deben abstenerse de cualquier acción que pueda considerarse como una continuación de la concentración empresarial sin la adecuada aprobación regulatoria, advirtiendo sobre las posibles responsabilidades legales que podrían enfrentar.
El gobierno chino adoptará una postura decidida en defensa de la soberanía nacional, así como de los intereses actuales y de desarrollo, en estricto cumplimiento de la ley. Este es un mensaje claro y contundente que enfatiza la importancia que otorga el gobierno a la regulación del mercado en un contexto donde los acuerdos comerciales internacionales a menudo pueden hacerse sin una evaluación exhaustiva de sus consecuencias a largo plazo.
Lin, el portavoz, también recalcó que las empresas que participan en actividades comerciales internacionales deben operar en conformidad con las leyes relevantes y actuar en todo momento para evitar causar daños a los intereses nacionales. Esta advertencia es especialmente pertinente en un entorno económico donde los actores globales buscan aprovechar al máximo sus inversiones, a menudo en detrimento de la nación receptora. De esta manera, el gobierno chino se asegura de que se mantenga un equilibrio adecuado entre el progreso económico y la protección de sus intereses estratégicos.
