Washington, 13 de mayo. (Europa Press) – Los Estados Unidos, a través de su Ministerio de Finanzas, han realizado un anuncio significativo relacionado con la imposición de sanciones que afecta a una red compuesta por más de 20 compañías iraníes. Estas empresas tienen vínculos directos con las fuerzas armadas de Irán y se encuentran involucradas en operaciones que implican la venta de petróleo iraní, específicamente a refinerías localizadas en China, por un valor que se desplaza hacia cientos de millones de dólares.
La Oficina para el Control de Activos Extranjeros (OFAC), que forma parte del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos, ha tomado medidas rigurosas al sancionar estas «fachadas» del personal ejecutivo de la compañía de Irán. En noviembre, se llevó a cabo un enfoque similar hacia las principales sucursales comerciales involucradas, las cuales se dedican a la venta y envío de crudo a Beijing. Estas acciones están claramente dirigidas a debilitar las capacidades militares y terroristas del régimen iraní, las cuales se financian a través de actividades ilegales relacionadas con el petróleo.
En una declaración que fue publicada en su sitio web oficial, la administración estadounidense también confirmó la imposición de sanciones a individuos de nacionalidad iraní. Estas sanciones fueron específicamente motivadas por el impacto que tuvo el inspector Epehr Energy y las empresas conectadas a él en la economía ilícita del petróleo iraní, que ha sido un eje central en las operaciones de financiamiento de actividades peligrosas por parte del régimen.
El Secretario del Departamento del Tesoro, Scott, subrayó en sus declaraciones que estas sanciones son un paso firme hacia la intensificación de la presión en todos los aspectos del comercio de petróleo iraní. «Esta es una de las principales fuentes de ingresos que el régimen utiliza para financiar sus actividades desestabilizadoras y peligrosas», señaló Scott. Además, destacó que «Estados Unidos continuará atacando esta principal fuente de ingresos, mientras el régimen persista en su respaldo al terrorismo y en la propagación de armas mortales». Estas palabras reflejan el compromiso de la administración estadounidense en el objetivo de reducir el impacto global de las acciones del régimen iraní.
Hasta la fecha, más de 250 individuos, entidades y embarcaciones que tienen alguna conexión con Teherán y sus aliados han sido sancionados por el gobierno de Estados Unidos desde el inicio de la administración de Donald Trump. Este enfoque ha permitido una respuesta coordinada en el ámbito internacional, donde la presión sobre Irán y sus múltiples redes de negocio sigue siendo un tema de sumo interés estratégico. La persistente vigilancia y las sanciones continuas son elementos clave en la relación entre Estados Unidos y el régimen iraní, particularmente en lo que respecta a la seguridad mundial.









