
La Cruz Roja Costarricense enfrenta una de las peores crisis financieras de su historia, con un déficit proyectado de ₡1.700 millones al 2025, poniendo en riesgo la continuidad de su operación en todo el país.
La institución responde a más de medio millón de emergencias al año y es la segunda fuerza de respuesta más activa del país, a pesar de tener uno de los presupuestos más bajos. Muchos comités locales ya están trabajando en números rojos.
Contexto
- La escasez no es nueva: la situación se prolonga desde hace varios años y ha empeorado tras la pandemia.
- El 60% de los ingresos de la Cruz Roja proviene de la venta de bienes y servicios propios.
- Aunque no es una entidad pública, la institución administra fondos públicos y privados bajo auditoría del Ministerio de Salud, la Contraloría General y una firma externa independiente.
Situación actual
- La falta de fondos puede afectar directamente al servicio de ambulancia y a la atención médica de urgencia.
- Actualmente, hay 133 sedes y más de 6.500 miembros de la Cruz Roja (incluidos voluntarios y personal remunerado) que mantienen activa la operación en todo el país.
“Sin embargo, muchos de estos comités de ayuda enfrentan un déficit financiero crítico, situación que impacta directamente en el funcionamiento institucional y la continuidad de los servicios en comunidades como Desamparados, Curridabat, Coronado, Escazú, Montes de Oca y el Comité Metropolitano en San José, La Virgen de Sarapiquí, Santo Domingo, San Belrán, Aquí, Santo Domingo, San Belrán Aquí, Santo Domingo, San Belrán Aquí, Santo Domingo, San Belrán Aquí, Santo Domingo en riesgo; Parrita y Jacó en Puntarenas, Santa Cruz, Hojancha y Belén de Carrillo en Guanacaste”, destaca Cruz Roja.
La Cruz Roja llama urgentemente a los Poderes Ejecutivo y Legislativo a aprobar y transferir ₡1.500 millones del presupuesto 2026, fondos ya planificados pero aún no entregados.
La aplicación de la Ley de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas (N° 9635) ha reducido los montos de las transferencias gubernamentales a la institución, dificultando aún más su sostenibilidad.
«Hoy más que nunca la Benemérita necesita el apoyo de todos para garantizar la continuidad de los servicios de emergencia, salvamento y asistencia humanitaria», afirmó la institución en un comunicado oficial.









